Entre dos fuegos

  • Título: Entre dos fuegos: un relato épico de terror medieval
  • Autor: Christopher Buehlman
  • Editorial: autopublicado
  • Formato: tapa blanda y e-book
  • Nº de páginas: 506
  • Ilustración de cubierta: Jarrod Taylor y Christopher Buehlman
  • Traducción: Manuel de los Reyes
  • Fecha de publicación: mayo de 2024
  • Fecha de lectura: febrero de 2025
  • Enlace de compra: Amazon

Hoy te traigo una novela que ha llegado al mercado editorial español de forma un tanto atípica. Es posible que conozcas a Robert Buehlman por sus novelas de terror. En castellano podemos encontrar Los del otro lado (Plaza & Janés, 2013), una novela de maldiciones y venganzas que abarcan generaciones de una misma familia, y Muertos de segunda (Hermida Editores, 2023), de vampiros en Nueva York. Pero seguramente te sonará más su novela de fantasía El ladrón de lengua negra (Gamón, 2022), que Dani Garrido reseñó en El caballero del árbol sonriente.

Digo que el recorrido de Entre dos fuegos es atípico, porque es una novela autoeditada en España por un autor estadounidense, lo cual resulta poco habitual. La traducción ha corrido a cargo de Manuel de los Reyes, uno de nuestros profesionales más reputados, quien también se encargó de trasladar a nuestro idioma El ladrón de lengua negra. Desde luego, para mí es toda una garantía de calidad y de esmero en la autoedición.

Pero vamos al lío. ¿De qué va Entre dos fuegos? ¿Es terror o fantasía? Pues mira, un poco de las dos cosas, y muy bien combinadas. El libro nos lleva al interior de Francia en el año 1348, donde la Guerra de los Cien Años y la Peste Negra están haciendo estragos. Pero tanta desgracia no es casualidad: en el plano espiritual, se ha declarado una guerra entre los ángeles del cielo y sus homólogos caídos, mientras Dios permanece «desaparecido».

En un escenario de pueblos desiertos, campos baldíos y ciudades deshumanizadas, coinciden los destinos de Thomas, un antiguo caballero, veterano de la derrota francesa de Crécy y devenido en bandido tras ser traicionado y desposeído de sus tierras; Matthieu, sacerdote extraordinariamente comprensivo con las debilidades humanas y atormentado por su inclinación homosexual; y Delphine, una niña que hace gala de una fe inquebrantable y tiene una extraña conexión con lo que ella denomina «ángeles».

Los tres protagonistas vivirán numerosas y variopintas aventuras, a cual más horripilante, en su viaje a través de una Francia devastada por la enfermedad y la guerra, hasta llegar a Aviñón, sede del papa Clemente VI. Tendrán que enfrentarse a horrores tanto sobrenaturales como de índole puramente humana y terrenal, y no sabría decir cuáles me dan más miedo. Esta parte de la historia es la que justifica, en mi opinión, que encaje en la etiqueta «terror». ¿Y lo de fantasía?

La ambientación medieval –y bastante realista, por cierto, en cuanto a personajes y hechos históricos que se mencionan o, directamente, forman parte de la historia– junto con el omnipresente barniz fantástico que impregna la novela tocan muchas teclas en la cabeza del lector de fantasía épica. Incluso hay escenas que resuenan a libros de caballerías, como las que leía Alonso Quijano, pero diferentes, digamos que con un toque más tirando a grimdark.

Christopher Buehlman

Para mí, Thomas es un caballero andante, aunque lo conozcamos como bandido y cada vez que abre la boca salgan por ella sapos y culebras en forma de palabrotas y blasfemias. No se puede decir que busque el honor o la fama a través de la aventura, pero sí tendrá que enfrentarse a unas cuantas pruebas, aunque sea para huir de la enfermedad o buscarse el sustento diario. Tampoco es que profese el amor idealizado o cortés por una dama, pero hay una mujer a la que amó en el pasado y una «mujercita» a la que defiende a capa y espada.

Probablemente, Thomas es uno de los personajes más entrañables y carismáticos que he encontrado en mis lecturas de fantasía, aunque tiene una dura competencia en este mismo libro. El padre Matthieu, aficionado al buen vino y débil ante los encantos de cierto hermoso mancebo, protagoniza también algunas escenas de innegable epicidad. Y qué decir de Delphine, una pequeña prepúber tan inteligente como insolente y que, por eso mismo, resulta adorable.

Creo que queda claro con mis últimos comentarios que, para mí, uno de los puntos fuertes de este libro es el gran carisma de sus personajes. Buehlman ha sabido dotarlos de personalidades bien definidas y potentemente seductoras para esta lectora. Pero hay más. A pesar de narrar una historia infinitamente cruel y oscura, el autor encuentra la manera no solo de hacer un hueco para el humor, sino de repartirlo por todo el texto: entre los momentos más épicos, los más trágicos, los más espantosos, siempre hay también escenas y diálogos que arrancan sonrisas. Para muestra, un botón:

—Ah. Pues gracias. ¿Y ahora qué, ya no hablas?
«Aquí no»
—¿Qué, porque estamos en un monasterio?
La niña asintió.
—Pero tú no has hecho ningún voto.
«Sí que lo he hecho —escribió ella—. Junto a laiglesia. En mi corazón».
Thomas estaba tardando tanto en leer eso último que la pequeña apuntó a la iglesia y se puso la mano en el pecho. Thomas gruñó.
—¿Y este voto es para toda la vida?
La niña negó con la cabeza.
—¿Solo mientras estemos aquí?
Asintió.
—En tal caso, definitivamente nos quedamos a pasar la noche. Puede que toda la semana.
La niña metió la mano en el cubo y le tiró un puñado de hojas húmedas a la cara.

Entre dos fuegos, pág. 51

En resumen: si te gustan las historias de terror, con engendros y seres demoníacos inspirados en la tradición católica, y también te gusta la fantasía épica más sucia y descarada, Entre dos fuegos es una buena elección para ti. Con el añadido de unos personajes que te resultarán difíciles de olvidar y momentos desternillantes o enternecedores incrustados entre otros épicos o pavorosos. Una montaña rusa de emociones que no deja espacio para el aburrimiento.

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