
- Título: Pluscuamperfectos
- Autora: Nuria Solanellas
- Editorial: Akane
- Formato: rústica con solapas
- Disponible en e-book: sí
- Nº de páginas: 682
- Ilustración de cubierta: Studio Kòsen
- Fecha de publicación: abril de 2024
- Fecha de lectura: diciembre de 2024
- Enlace de compra: web de la editorial
Hoy te traigo una novela de ciencia ficción, pero de un tipo que no verás mucho por mi blog. Vaya por delante que no soy muy fan de las historias románticas –no es que me disgusten, pero tampoco me llaman especialmente– y Pluscuamperfectos (Akane, 2024), de Nuria Solanellas, es muy romántica. Pero no es solo eso. Ahora que está tan de moda el romantasy, inventemos un nuevo término, romantscify y tendrás una idea aproximada de lo que puedes encontrar en esta novela.
Como sabrás si me sigues –si no, ya te lo cuento ahora– solo reseño libros que me han gustado o han llamado poderosamente mi atención por alguna característica concreta. Y, si no me gustan las novelas románticas, ¿qué hago reseñando Pluscuamperfectos? Pues, como te decía antes, es cierto que la historia principal es «de amores», pero contiene también otros elementos que sí me han gustado y que han conseguido mantenerme dentro de la historia, a pesar de sus casi setecientas páginas. Vamos por partes.
La historia
La novela nos lleva a finales del siglo XXII, en nuestro planeta. La raza humana ha evolucionado gracias a la ingeniería genética y a la ectogénesis, pero se han creado «clases» con diferente estatus económico y social según el grado de modificación genética. En lo alto de la escala de evolución se encuentran los hatoks, humanos genéticamente mejorados y criados en úteros artificiales. Una de esas mejoras incluye la eliminación de la posibilidad de enamorarse.
En este contexto, la autora plantea una historia de «amor imposible» entre un hatok y una sapiens –humana corriente, como tú y como yo–. También hay un tercero en discordia, un híbrido –a medio camino entre los sapiens y los hatoks– y un misterio que los tres deben resolver, saltándose todas las normas, fronteras y límites imaginables.
Como ves, te cuento muy poco sobre la trama del libro. En parte se debe a mi falta de interés por el aspecto más romántico –y hay mucho de eso en Pluscuamperfectos–, pero también a que la novela está llena de giros de guion que hacen de ella un pasapáginas adictivo, y no quiero chafarte nada. Así que, a pesar de mi romantifobia, la historia resulta interesante y divertida. Si tú no le haces ascos al romance, seguro que te gustará.
El humor
Uno de los aspectos que más he disfrutado del libro es el sentido del humor que destila toda la novela. Hay mucho humor en las situaciones comprometidas y un pelín disparatadas en las que se se encuentran muchas veces los tres protagonistas. También en los diálogos, ágiles y chispeantes, en los que se apoyan la trama y la acción de la novela.
Aquí tengo que hacer un inciso, porque no siempre he sido tan «anti-romance». Una de las series favoritas de mi adolescencia era Luz de Luna, y la relación entre los dos protagonistas de Pluscuamperfectos, así como sus diálogos cargados de dobles sentidos y fino humor me han recordado a la que mantenían Cybill Shepherd y Bruce Willis en aquella serie. Aunque, si mal no recuerdo, el momento en que la tensión sexual insinuada se resolvió con un romance explícito –junto a otros problemas de producción y a que los dos actores, en la vida real, se llevaban fatal– fue lo que inició el declive de su éxito.

También hay humor incluso en la forma en que la autora imagina la tecnología del futuro, o sea, en la propia ciencia ficción de la novela. Ideas como los cafés de pago publicitario, donde puedes ir a tomar un refrigerio gratis, solo si estás dispuesta a tragarte un montón de publicidad de los productos más inverosímiles o la relación entre los humanos y sus –casi siempre ingenuas– IAs de asistencia domiciliaria me hicieron reír bastante. Y cierto robot defectuoso con extraordinarias habilidades en peluquería es de mis personajes favoritos de la novela, aunque sea secundario.
El fondo
Encuentro en Pluscuamperfectos dos temas principales. El primero de ellos, cómo no, tiene que ver con la faceta romántica de la novela. El hecho de que uno de los protagonistas sea genéticamente incapaz de enamorarse –no estoy segura de lo verosímil que es esto, pero tampoco es una novela de ciencia ficción dura– da pie a diálogos y situaciones que hacen pensar en el amor y el enamoramiento como conceptos distintos, separados aunque estrechamente relacionados con el sexo y la atracción física.
El segundo, que es el que más interés me ha despertado, tiene que ver, cómo no, con las posibles consecuencias de los avances tecnológicos en general y con la genética y la ectogénesis en particular. Por un lado, la ingeniería genética permitirá, en algún momento, crear humanos «perfectos», sin enfermedades ni taras congénitas, con determinadas cualidades, a priori deseables, potenciadas y otras, consideradas defectos, eliminadas. Esta posibilidad acelera de forma artificial el proceso natural de la evolución que, como todos sabemos, no es en absoluto incruento, sino todo lo contrario. ¿Qué ocurre con los humanos no mejorados genéticamente? Darwin nos diría que nos convertiremos en una raza a extinguir. Pero ¿y mientras tanto? ¿Cómo sería la convivencia entre humanos «superiores» y humanos «corrientes»?
Por otro lado, en Pluscuamperfectos los hatoks, los humanos más avanzados en la escala de la evolución, son «concebidos» en laboratorios y criados en úteros artificiales, lo que significa que no tienen progenitores biológicos. Otro de los temas que aparecen en la novela es, precisamente, el de las relaciones paterno-filiales y la familia en general: su necesidad –o ausencia de ella– y su influencia sobre la vida afectiva de las personas en la edad adulta.
La edición
En este apartado tengo dos comentarios, uno muy positivo y otro no tanto. El primero tiene que ver con la edición física del libro. La ilustración de cubierta, de Studio Kòsen, me parece realmente bonita y adecuada para lo que contiene Pluscuamperfectos. También incluye algunas divertidas ilustraciones interiores y, lo que me ha gustado especialmente, aunque no sea yo nada fetichista de las ediciones lujosas, es el dibujo en el canto del libro, que forma una cadena de ADN. Son detalles que convierten un libro en algo especial.
El comentario no tan positivo tiene que ver con el contenido. La prosa de la autora es muy ágil, llana, directa y llena de giros divertidos y coloquiales. Pero tengo la sensación de que hubiera mejorado con una corrección un poco más cuidadosa, porque he encontrado algunas erratas más de las que considero razonable que se le puedan colar a cualquiera, y del tipo que un corrector automático no detecta.