
- Título: Radicalizado
- Autor: Cory Doctorow
- Editorial: Capitán Swing
- Formato: rústica con solapas
- Disponible en e-book: sí
- Nº de páginas: 263
- Traducción: Miguel Temprano García
- Diseño de portada: Will Staehle (Unusual Co. EE.UU.)
- Fecha de publicación: septiembre de 2022
- Fecha de lectura: agosto de 2022
- Enlace de compra: Cyberdark
Desde el 5 de septiembre está disponible en librerías Radicalizado, colección de cuatro novelas cortas del canadiense Cory Doctorow, autor que ya se había dado a conocer en España con sus trabajos previos Pequeño hermano (Puck, 2011), Tocando fondo (Ajec, 2005) o la más reciente En la vida real (Roca, 2015). Este autor, ganador de un premio Locus y finalista de los Nebula, Hugo y British Science Fiction, es además un destacado activista en favor de la libertad en todo lo relativo a la tecnología y, en particular, a favor del software de código abierto, inquietudes que se dejarán notar en algunos de los textos contenidos en el libro.
Aunque cada una de las novelas cortas trata temas y se desarrolla en contextos diferentes, creo que todas ellas tienen una serie de rasgos comunes que merece la pena destacar. En primer lugar, estamos ante una ciencia ficción del tipo social y de futuro cercano. Las historias que Doctorow narra se desarrollan en lo que podría ser un futuro muy muy próximo o, incluso, nuestro propio presente. Si bien en algunas, como Pan no autorizado, la tecnología juega un papel importante, lo cierto es que este no es el tono general de la obra. En ninguna de las otras tres novelas cortas se aprecian avances tecnológicos significativos con respecto a lo que ya conocemos en la actualidad, por lo que no te recomendaría este libro si lo que buscas en la ciencia ficción es la pura especulación científico-tecnológica.
Por el contrario, si te interesan más los temas de índole social y las proyecciones a futuro que se pueden realizar a partir de las tendencias que ya observamos en nuestro presente, creo que disfrutarás enormemente con Radicalizado. Aunque el título del libro responde al de la tercera novela corta, en mi opinión define bastante bien el tono de las ideas y pensamientos que surgen a partir de esta lectura. De alguna forma, el autor toma algunos rasgos de nuestra sociedad actual y los lleva al extremo, esto es, los radicaliza, para invitar a la reflexión sobre hacia dónde vamos y hacia dónde nos gustaría ir que es, ni más ni menos, la esencia de la ciencia ficción o, siendo más precisa, de la literatura de anticipación, aunque esa ciencia alrededor de la cual se construye la ficción no sea la astronomía ni la física cuántica, sino la economía, la sociología o la informática.
En segundo lugar, las cuatro novelas cortas ponen el foco sobre algunos de los aspectos más problemáticos de nuestro sistema productivo, económico y social, augurando un futuro próximo muy poco halagüeño. De ahí lo acertado del subtítulo del libro: «Cuatro distopías muy actuales». La elección de esos temas en concreto y la forma de mostrarlos, haciendo el énfasis en sus consecuencias más negativas, es lo que creo que define el tono general de este libro y el motivo del título que le he dado a esta reseña. Doctorow viene a decirnos, a través de sus historias, que nuestro sistema está mal y que deberíamos tratar de cambiarlo, si no queremos ser aplastados por él.
Pan no autorizado
El tema central de esta novela responde, probablemente, a una de las preopupaciones principales de su autor –no en vano es cofundador de OpenCola, el refresco de cola de receta bajo el código abierto GNU–: el riesgo asociado a un uso abusivo de los derechos de autor, patentes y otras formas de blindar la propiedad intelectual. En esta novela todos los electrodomésticos llevan incorporado un software pensado supuestamente para facilitar la vida del usuario, pero que solo permite utilizar productos comercializados por la misma empresa que fabrica y vende los aparatos. Por supuesto, esos productos resultan mucho más caros y, además, el mismo software es capaz de detectar y denunciar cualquier intento de pirateo. El argumento gira en torno a los desvelos de su protagonista, Salima, y su comunidad de vecinos, para escapar de esa esclavitud tecnológica.
Desde luego, el tema tiene mucha tela que cortar. Pero el atractivo de esta novela corta, para mí, radica más en el contexto en el que se desarrolla que en la propia trama. Salima es una mujer inmigrante en Estados Unidos, una refugiada que ha pasado varios años en un campamento y después en un albergue cochambroso. Gracias a su talento e iniciativa, a que acepta todo tipo de trabajos precarios y también a un poco de suerte, acaba prosperando y consigue uno de los escasos pisos de protección oficial. Parece un relato canónico del gran sueño americano, hasta que Salima se topa de frente con la cara menos amable del capitalismo. Y hasta aquí puedo contar.

Una minoría modélica
Con esta segunda novela, a pesar de la crudeza del tema que trata, no he podido evitar que se me escapen unas cuantas sonrisas. No porque relate situaciones cómicas, sino por el uso terriblemente irónico que hace el autor de dos de los iconos más emblemáticos de los cómics de superhéroes. El protagonista –el segundo icono dejaré que lo descubras tú cuando lo leas– es El Águila Americana, un superhéroe que no se llama Superman porque seguro que ese nombre está protegido por derechos de autor, pero ES Superman. Un ser procedente de otro planeta con superpoderes que le hacen prácticamente invencible y que siempre lucha contra los malos. Pero ¿qué pasa cuando «los malos» son la policía?
Los temas centrales de esta historia son la discriminación racial, la xenofobia y la brutalidad policial indiscriminada contra la población de color. Todos tenemos en la memoria, por desgracia, varios de estos episodios, aunque quizás el más paradigmático sea el caso de Rodney King, apaleado en 1991 por cuatro policías que resultaron absueltos en 1992, lo que ocasionó en Los Ángeles los disturbios raciales más violentos hasta 2020, cuando la muerte de George Floyd, también a manos de un policía, provocó movimientos de protesta prácticamente por todo el mundo.
No me extiendo más sobre el tema, pero sí quiero dejar aquí la pregunta que plantea la lectura de esta obra: ¿se necesita un superhéroe para luchar contra el sistema? Es más ¿puede un superhéroe hacer algo en contra del sistema? Y si ni Superman pudiera cambiar el sistema ¿quién podría?
Radicalizado
La novela que da título al volumen es quizás la única que no calificaría como ciencia ficción. En realidad, los hechos que narra podrían ocurrir en cualquier momento de nuestro presente, incluso podrían estar ocurriendo ahora mismo. De nuevo el autor se centra sobre uno de los temas más problemáticos del capitalismo americano, en este caso el sistema sanitario, estructurado en torno a los seguros privados.
Un padre de familia de clase media se topa de frente con la negativa de su compañía de seguros a financiar el único tratamiento que puede salvar la vida de su esposa. Su póliza no lo incluye y el precio resulta prohibitivo. A partir de ese momento, y a través de la deep web, entra en contacto con otras personas afectadas por su mismo problema: la condena a muerte de un ser querido por parte de una compañía de seguros. Algunas solo buscan apoyo emocional, compartir su dolor, pero otras están realmente enfadadas. Esa rabia, dirigida de nuevo contra un sistema inhumano y cruel, se va enconando y… eso, radicalizando, hasta tocar otro tema sensible: la lucha violenta contra el sistema o, por decirlo sin paños calientes, el terrorismo. Uno de los textos más duros de este volumen y que más preguntas sin respuesta plantea.
La máscara de la muerte roja
En claro homenaje al conocido cuento de Poe, en esta última novela Doctorow nos presenta a un moderno Próspero, lo que en nuestros días se conoce como preparacionista. Se trata de Martin Mars, un odioso e individualista personaje que espera algún tipo de «Suceso» inminente que supondrá el colapso temporal de la civilización tal y como la conocemos y del que espera salir aún más rico y poderoso de lo que entró. Para ello, construye un refugio blindado, en el que se recluye con unos pocos escogidos cuando cree tener suficientes «señales» de la inminencia del Suceso.
Aparte de la consabida historia de supervivencia en un escenario apocalíptico, con el perpetuo dilema de la seguridad individual frente al bien común o el altruismo, quizás lo más impactante de esta novela sea la forma en que se describe el fin de la sociedad, tal como lo entiende el despreciable Mars: como un proceso totalmente lógico y previsible de selección natural, mediante el cual el sistema elimina todos los elementos innecesarios –la mayor parte de la población– para renacer fortalecido por la supervivencia de los más fuertes… económicamente hablando. Demoledor.
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