
- Título: La disonancia de las esferas
- Autor: Sergio Mars
- Editorial: Tinturas
- Formato: rústica con solapas
- Disponible en e-book: sí
- Nº de páginas: 261
- Ilustración de cubierta: Munyx Design
- Fecha de publicación: febrero de 2020
- Fecha de lectura: agosto de 2023
- Enlace de compra: web de la editorial
Hoy quiero hablarte de uno de los libros que más disfruté en 2023, aunque su publicación data ya de febrero de 2020. Es uno de esos libros que, por desgracias pandémicas, pasó prácticamente desapercibido cuando llegó a las librerías –que se vieron obligadas a cerrar un mes después–, salvo para unos pocos privilegiados, de quienes leí muy buenas críticas. Por suerte, pude hacerme con él en el Festival Luminaria de Zaragoza 2022 y, ahora que lo he leído, te cuento mis impresiones.
La disonancia de las esferas, de Sergio Mars, es una colección de relatos –nueve piezas en total, aunque hay dos que, por su extensión, podrían ser novelas cortas– de ciencia ficción con algún guiño a la fantasía. Cuatro de ellos obtuvieron los galardones más prestigiosos de nuestro país: Ignotus (2012 y 2016), Domingo Santos (2017) y Pascual Enguídanos (2018). Aunque tienen temas, tonos y extensiones muy diferentes, todos están cargados de sentido de la maravilla, profunda reflexión y suficiente apoyo en la ciencia para ser clasificados –la mayoría– como ciencia ficción hard. Y aquellos cuyo tema lo permite, están además barnizados de un fino sentido del humor, del que no provoca carcajadas pero sí sonrisas cómplices, lo cual los hace para mí aún más disfrutables.
En vez de comentar tema, argumento e impresiones de cada uno de los relatos que componen La disonancia de las esferas, trataré de señalar características comunes a varios de ellos que ilustraré con ejemplos. Vamos allá.
La importancia de un buen título
En varias ocasiones, al terminar de leer alguno de los relatos de Mars, me he sorprendido regresando al título y pensando en su significado. Por ejemplo, en La bestia humana de Birkenau (premio Ignotus en 2016). En este relato, un anciano superviviente de los campos de exterminio nazis, asistente del doctor Mengele en sus experimentos, relata su experiencia a un periodista español. La historia del viejo enfermero es tan espeluznante como cabría esperar pero, sin dar más detalles, en el cuento aparecen claramente dos bestias humanas. ¿A cuál de ellas se refiere el título? Seguramente el autor juega a propósito con esa ambigüedad para dejarlo a elección del lector. Yo he hecho la mía.
Otro ejemplo de título ambiguo –al menos para mí– es el del relato que abre la colección: Horror vacui. Yo no sé mucho latín, pero recuerdo, de la Historia del arte de COU, que era un sentimiento que se les suponía a los artistas del período barroco, tanto pintores como escultores y arquitectos, que no dejaban un hueco de sus obras sin rellenar, dando lugar a ese estilo recargado característico de la época. Así que lo interpretaba como «horror al vacío». Y algo de eso hay en este cuento, donde dos científicos descubren que la muerte del universo ya se ha iniciado y pronto les alcanzará, por lo que no tardarán en ser engullidos por la nada. Pero tras terminar de leerlo, creo que la traducción más acertada es «el horror del vacío», y que quizás el vacío pertinente no sea solo el que resulta de la extinción de las estrellas.
Por último, hay un relato en el que no supe entender la relación con el título hasta que llegué a la última línea. Se trata de Ruedas dentadas de un reloj imaginario (Premio Domingo Santos 2017), en el que la astrología se ha convertido en una ciencia «seria», por lo que los datos de fecha y lugar de nacimiento de las personas se tornan «información sensible». Además de la esperable reflexión en torno al libre albedrío, la predeterminación y las profecías autocumplidas, Mars le da al tema un original giro añadiendo principios de física cuántica a la astrología.
Cuentos «para pensar»
Todos los cuentos de la colección contienen ideas que merecen reflexión. Pero hay algunos que me han hecho pensar más, o sencillamente, la reflexión que proponen se acerca más a mis intereses actuales. Quizás el que más he disfrutado en este sentido ha sido precisamente el que da título al libro, La disonancia de las esferas, que es además uno de los más largos. Este cuento/novela corta nos lleva a un futuro en el que los seres humanos, tras estrepitosos y casi apocalípticos fracasos de los sistemas políticos tradicionales, han dejado la toma de decisiones en manos de Inteligencias Artificiales. En este contexto, el solitario operario de una estación recolectora de gases en las cercanías de Júpiter recibe la inesperada visita de un joven que pretende llevarse el preciado combustible con intenciones oscuras. Con esta envoltura de historia de acción espacial en gravedad cero, Mars aprovecha sus dos únicos personajes para presentar los vicios y virtudes tanto de los sistemas democráticos tradicionales, como del sistema «noótico», dirigido por máquinas. Aparte de la cada vez más rabiosa actualidad del tema, la historia en sí resulta apasionante, con esa batalla de inteligencias al estilo de La huella (Joseph Mankiewicz, 1972).

Museion nos lleva también al futuro, uno en el que los «museos interactivos» se han llevado a su última expresión, de manera que los visitantes pueden alterar los dioramas que representan momentos históricos a su antojo. Aquí el autor aprovecha para arremeter –sé que suena violento, pero creo que es la palabra adecuada– contra una sociedad donde a partir de la pura opinión se elaboran «verdades», prescindiendo de toda base científica. No sé a ti, pero a mí esto me suena muy cercano.
Por último, en este epígrafe incluiré también la otra novela corta incluida en la colección: Gancho en el cielo. Con una ambientación de space opera, viajamos junto a los progatonistas a un planeta que ha sufrido un evento de esos capaces de provocar una extinción total. Pero resulta que encuentran una civilización superviviente que ha evolucionado de una forma un tanto terrorífica. Además de plantear una profunda reflexión sobre usos posibles de la manipulación genética, también siembra semillas para preguntarse sobre la supuesta bondad intrínseca del ser humano.
Y juegos de todo tipo
Hay tres cuentos en la colección que yo he interpretado como «juegos» del autor. El primero es La teoría de la metaconspiración, donde además de jugar con la forma de una manera que me ha encantado –comienza con el borrador de una tesis doctoral, lleno de notas de su autora, en rojo, sin desperdicio, e hipervínculos en azul, con referencias que, atención, existen– propone también un juego mental, cuestionando la misma realidad. No puedo dejar de mencionar el sutil pero evidente recochineo de Mars a costa de las redes sociales y las teorías conspiranoicas que a diario pueden leerse en ellas.
El segundo cuento en esta categoría es Mytolítico, ganador del Ignotus en 2012. Aunque realiza un guiño evidente a la fantasía –los personajes son humanos afectados por la Mytolitosis, un fenómeno que los ha convertido en seres fantásticos: gnomos, enanos, minotauros, elfos, ejem, dinosaurios…– el autor no ha podido dejar de dotar de cierta base científica al evento, ni de hacer referencia a la ciencia ficción, a través de las lecturas de cierto personaje. Para ser sincera, en una primera lectura este relato me resultó un tanto decepcionante, pero al volver a leerlo he podido apreciar detalles que me han hecho disfrutarlo más.
Por último, también me parece un delicioso juego con la física el relato que lleva por título un número: 161,62 (premio Pascual Enguídanos 2018). El número es la longitud de Plank multiplicada por diez elevado a 37. Y es la distancia que han de recorrer en menos de nueve minutos los exploradores enviados al interior de una hiperesfera cuántica si quieren regresar con vida. Podría ser la justificación científica de Stargate (Roland Emmerich, 1994). Yo ahí lo dejo.
El libro incluye también un prólogo de Juan Miguel Aguilera, lo cual, según se desprende de las palabras del propio prologuista, supone todo un honor. Y como él lo expresa mejor de lo que yo sería capaz, concluiré esta reseña citándole. Según Aguilera –y estoy totalmente de acuerdo– en estos relatos de Sergio Mars encontrarás:
(…) especulación social, aventura, sentido de la maravilla y una buena base científica
Juan Miguel Aguilera, prólogo a La disonancia de las esferas