
- Título: Rojo
- Autor: Carlos Sisí
- Editorial: Minotauro
- Formato: rústica
- Nº de páginas: 544
- Fecha de publicación: abril 2019
- Fecha de lectura: noviembre 2019
- Enlace de compra: Cyberdark
Firma la reseña: Simón Bellido Fernández
¿Habéis imaginado alguna vez qué estaréis haciendo cuando llegue el fin del mundo? Yo sí. Pienso que soy uno de los supervivientes, que mi carácter se vuelve agrio porque he perdido a todos mis seres queridos, que me hago con una espada e imparto mi propia justicia, y que me proclamo emperador de una zona importante, todo el mundo cumple mi voluntad, los ayudo a sobrevivir y…
Olvidadlo. Morimos fijo. ¡Y de los primeros! Con un poco de suerte nuestra muerte no es una de esas absurdas que, de no estar acabándose el mundo, aparecería en los premios Darwin como ganadora y en negrita.
No digo nada descabellado, es cuestión de estadística. Somos tantos que lo más probable es que, si lo que narra Carlos Sisí en Rojo se hiciese realidad, nos pillase haciendo de aguas mayores, friendo un huevo, o en la cola del supermercado. No hay nada épico en nuestras vidas, no va a haberlo cuando llegue el fin de los tiempos.
Y puede llegar cuando menos te lo esperes.

En la tranquila población de Hillsdale, aparentemente en cuestión de una noche, se desata el fin del mundo. Escondida en una base militar, una antigua vampira (mazo chunga), consigue liberarse y contagiar a todo aquel que se cruce con ella o con sus hijos infectados.
Y así empieza –¿o termina?– todo, como un camino hecho con piezas de dominó. En las más de 500 páginas de Rojo vemos cómo un pequeño impulso hace que se vaya todo al garete. Y parece que nadie puede detenerlo.
Consuelo me había hablado antes del portento de Carlos Sisí, y sabía que tarde o temprano caería algo suyo. Solo estaba esperando a que el milagro sucediese y la pila de lecturas pendientes descendiese. La verdad es que no lo hizo, pero tanto la portada como la temática –sobre todo la temática– eran tan sumamente atractivas que no pude evitar la tentación y, como si estuviese al mando de un Fórmula 1, Rojo adelantó puestos en la pila y… me atrapó.
¿Qué fue lo que me llamó la atención? Pues, para seros sinceros, la descripción del primer mordisco, que creo recordar tiene lugar en la primera página. Concretamente, la expresión «chasquido orgánico» hizo que mi mente se imaginase los colmillos adentrándose en la yugular y cómo la sangre era drenada de un cuerpo a otro.
Puede parecer simple, pero… No lo es.
Seguí leyendo y en cada escena me daba cuenta de que estaba todo calculado al milímetro –salvo el apellido de cierto Sheriff–. Carlos había cuidado al detalle la descripción de la propagación de la plaga. Se notaba que tenía en mente las consecuencias de que pasase algo como lo narrado en Rojo y, lo más importante, todo cuadraba a la perfección.

¿Podría decirse que he pasado miedo? Creo que no es miedo –miento, me acojonaba cuando me ponía en la piel de Jimmy–, pero sí una constante angustia producida por la incertidumbre de no saber qué va a suceder. Angustia cuando empatizas con Sonia, Jimmy o Jared, los tres protagonistas, y cuando entiendes que nada va a volver a ser igual.
Rojo es la primera entrega de la trilogía, seguida de Fundación (Minotauro, 2019). La última, Infierno saldrá a la venta durante el mes de abril de 2020, y entonces conoceremos el desenlace de esta apocalíptica y vampírica aventura.
A modo de conclusión he de decir que, en el caso de que llegue el apocalipsis vampírico, zombie o… o… o lo que sea, no os preocupéis en buscar comida, agua o medicamentos. Buscad a Carlos Sisí, con él estaréis a salvo.
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