
- Título: Ser devorado
- Autora: Sara Tantlinger
- Editorial: Dilatando Mentes
- Formato: rústica con solapas
- Nº de páginas: 125
- Traducción: José Ángel de Dios
- Ilustración de cubierta: Pablo Caballo
- Fecha de publicación: febrero de 2021
- Fecha de lectura: febrero de 2021
- Enlace de compra: web de la editorial
Hoy sale a la venta Ser devorado, esta novela corta de Sara Tantlinger que fue finalista de los premios Bram Stoker en 2019. Es una de esas apuestas arriesgadas que suele hacer la editorial Dilatando Mentes, al publicar obras que, por su temática o contenido potencialmente escabroso, probablemente no sean para todos los públicos. Pero hay que reconocerles a Maite y José Ángel su buen criterio, porque a pesar de la prevención con la que se puedan abordar este tipo de lecturas, siempre terminan ofreciendo experiencias maravillosamente perturbadoras, y Ser devorado no es una excepción.
El propio título ya es bastante revelador sobre lo que vamos a encontrar en esta novela corta, que nadie se lleve a engaño. No se trata solo de ser devorado de forma figurada, sino también literal. Hay escenas que podrían ser de lo más truculento si no estuvieran narradas en primera persona, desde el particular punto de vista de Andi, la torturada protagonista que, a través de sus reflexiones y la descripción de sus emociones, carga de significado todos los actos horribles que comete.
Creo que Ser devorado tiene varios niveles de lectura, y en cada uno de ellos hay elementos que merece la pena destacar. Vamos por partes.
El fondo
En el fondo de toda la historia hay una profunda reflexión sobre un descenso al infierno de la locura: el de una mujer que ha sufrido un grave trauma en su adolescencia y que, desde entonces, vive inmersa en la ira hacia una vida que ha sido injusta con ella y en la culpa por haber sobrevivido a sus seres queridos. Hace auténticos esfuerzos por superar su situación, por «luchar contra su propia inexactitud percibida», por encajar y adaptarse a lo que los demás esperan de ella. Pero no recibe la ayuda que necesita, y termina desvaneciéndose en la «verdad percibida» por los otros.
Andi siente que hay algo consumiéndola por dentro, un hambre que literalmente solo puede calmar devorando carne muerta, pero que no deja de ser el símbolo de una necesidad que va más allá de lo físico, y que ella proyecta en su novia Luna, tratando de convertir su amor por ella en una comunión total.
Y, en el fondo, lo único a lo que aspira Andi es a ser libre, a encontrar su propio camino, lejos de convenciones y tabúes, y volar en compañía de su amada. En definitiva, Ser devorado contiene una historia que nos habla de traumas, locura, muerte y canibalismo, pero también de amor y libertad.
La forma
Como comentaba más arriba, la novela está escrita en primera persona, así que asistimos a todos los acontecimientos que en ella se narran observándolos a través del cristal de Andi. Ella misma nos cuenta sus motivos, describe las ansias que la invaden y sus deseos incontrolables de comer cosas muertas. Nos habla de sus intentos por controlarse y comparte sus reflexiones. El resultado es una protagonista con la que el lector no puede evitar conectar, a pesar de sus perversas inclinaciones. Como decía antes, comete actos realmente execrables, pero para ella tienen un sentido que es capaz de transmitirle al lector, y ahí radica parte de la genialidad de la novela.
Por otro lado, probablemente Andi no sea muy fiable como narradora. Tiene abundantes lagunas, lapsos de tiempo sobre los cuales no recuerda nada pero cuyas consecuencias va descubriendo con auténtica extrañeza. Desde un punto de vista técnico, creo que utilizar un narrador de este tipo y que el lector no se sienta engañado o, al menos, algo así como víctima de un truco de ilusionismo, debe resultar bastante difícil. Y Sara Tantlinger realiza un trabajo sobresaliente en este sentido. En ningún momento desvía la atención de forma deliberada, todas las pistas para descubrir en qué momentos Andi no está percibiendo la realidad están ahí. Es el lector el que las pasa por alto en favor de escenas más «jugosas», ya que, como bien dice Nieves Mories en su agudo prólogo, «el sujeto malsano solemos ser nosotros mismos».
Así, la primera parte de la novela transcurre con cierta calma, solo enturbiada por las perturbadoras pesadillas y ensoñaciones que Andi nos relata, provocadas por sus deseos reprimidos. Pero poco a poco van aumentando los indicios de su visión distorsionada, de forma cada vez más acelerada e inquietante, hasta un final paroxístico en el que la protagonista, a pesar de todo, demuestra una lucidez mental de lo más reveladora.
En cuanto a la prosa, es sencilla, directa y elegante. La utilización del tiempo presente hace además que la experiencia sea aún más vívida. A pesar de su poco fiable narradora –o precisamente por ello– y de la truculencia de algunas escenas, resulta una lectura absorbente. Si me permites el chiste fácil, es un libro para ser devorado en un par de horas, pero cuya digestión total exigirá mucho más tiempo.
Por último, la edición de Dilantando Mentes es tan espectacular como ya esperamos de ellos, con capítulos separados por páginas ilustradas, el ya mencionado prólogo de Nieves Mories y un interesante postfacio de Erika Couto-Ferreira sobre la antropofagia en distintas épocas y culturas, que resulta muy útil para poner en contexto y comprender mejor ese significado metafísico que Andi le da a sus actos. Como complemento y cierre perfecto de esta experiencia que es leer a Sara Tantlinger, los editores nos ofrecen una selección de imágenes pictóricas sobre el tema del canibalismo.
Muero de ganas de leerla, me encantan las novelas de suspense y terror y esta tiene una pinta buenísima. Al parecer, desde el punto de vista de la narradora, nada es lo que parece, lo que indica que podríamos llevarnos varias sorpresas mientras leemos. Mientras no se haga un embrollo tal que la historia vaya perdiendo sentido, todo bien. ¿se puede comprar por Amazon?
Efectivamente, hay muchas sorpresas (una mayúscula, aunque de esas que cuando la descubres, piensas “cómo no lo vi antes”), pero nada de embrollo. Me parece que Dilatando Mentes no vende en Amazon, pero sí en Lektu, y también a través de su web. Si preguntas por edición en digital, no la hay, pero de verdad que en el caso de esta editorial merece la pena el papel 🙂
Me encantó. Una obra valiente y perfecta. Coincido contigo en el análisis, Consuelo. El terror necesita más novelas como esta.