
- Título: Reyes de la Tierra Salvaje (La Banda I)
- Autor: Nicholas Eames
- Editorial: Gamon
- Formato: tapa dura con sobrecubierta
- Traducción: David Tejera Expósito
- Nº de páginas: 541
- Ilustración de cubierta: Richard Anderson
- Fecha de publicación: marzo de 2021
- Fecha de lectura: marzo de 2021
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- Papel: Cyberdark
- Papel, e-book y audiolibro: web de la editorial
Empecé este libro sin muchas expectativas, más bien lo contrario: acababa de leer Gideon la Novena, de la que te hablo en esta entrada, y me había gustado tanto que me temía que Reyes de la Tierra Salvaje iba a salir un poco mal parada en la inevitable comparación, al ir las dos lecturas tan seguidas. Por suerte, no ha sido así.
La verdad es que tenía mucha curiosidad por saber qué tipo de obras nos va a ofrecer a partir de ahora Gamon, el recién estrenado sello de fantasía de Trini Vergara Ediciones, y creo que, entre las tres o cuatro novedades que acaban de lanzar, no me equivoqué escogiendo esta. Es el tipo de fantasía épica que me gusta, con personajes tridimensionales y creíbles, algo estereotipados por momentos, pero de forma intencionada, diálogos ágiles y agudos, una trama adictiva y todo aderezado con un bastante humor. De hecho, recuerda bastante a Abercrombie, aunque el concepto sea radicalmente distinto. Me explico.
Empecemos por el principio, por si aún no has leído nada sobre esta novela, cosa que dudo. ¿De qué va? Nuestro protagonista, Clay Cooper, fue miembro de Saga, la banda de mercenarios más reconocida y famosa de todos los tiempos, la que fue capaz de realizar hazañas que nadie ha podido igualar. Sin embargo, los compañeros se separaron. los años pasaron y la edad hizo de las suyas. Ahora son más viejos, tienen más barriga y le dan más a la cerveza que a la espada. Un buen día, el líder de la banda aparece en la puerta de Cooper para pedirle ayuda: su hija se ha convertido en mercenaria, se encuentra en una ciudad sitiada por una horda de criaturas terroríficas y necesita a sus antiguos camaradas para acudir en su rescate: ha llegado la hora de reunir de nuevo a la banda.
Si pensamos en Clay Cooper, un antiguo mercenario que ha decidido iniciar una vida pacífica junto a su esposa y a la hija de ambos, pero que se ve obligado a volver a luchar, la referencia a personajes abercrombienianos como Logen Nuevededos y su alter ego Lamb resulta inevitable. Los afilados diálogos y el humor irónico también recuerdan bastante al amigo Joe, como decía al principio. Pero ahí terminan las similitudes.
En realidad, mientras leía Reyes de la Tierra Salvaje, la sensación que me dominaba era la de estar captando continuamente difusas referencias a obras de fantasía que todos hemos leído o visto en el cine, lugares comunes y tópicos que están ya en nuestro bagaje cultural. ¿Te suenan las aldabas parlantes, las bolas de cristal, los espejos que puedes atravesar para aparecer en otro lugar o los sacos sin fondo de los que se pueden extraer todo tipo de objetos mágicos? En la novela encontrarás todo esto y mucho más.
Además, el mundo imaginado por Eames está poblado por todo tipo de criaturas fantásticas. Y cuando digo todo tipo quiero decir exactamente eso: hay tal cantidad de ellas y están extraídas de tantas fuentes de inspiración diferentes, que creo que el libro se podría utilizar incluso como catálogo de seres míticos, fruto de la imaginación popular o de renombrados autores de fantasía. Aunque, eso sí, siempre con un toque de originalidad aportado por el autor. Y, rizando el rizo, este mundo repleto de seres míticos tiene su propia criatura legendaria: el oso lechuza.
Precisamente por la variedad de criaturas que pueblan este mundo y por la clase de encargos que en otros tiempos solían aceptar los miembros de Saga –según las batallitas de abuelo que nos cuentan– me venían a la mente las aventuras de Geralt de Rivia, pero con espadachines mercenarios en vez de un brujo librando a los pueblos de la amenaza de trasgos, quimeras y demás bichos amenazadores a cambio de una tarifa negociable.
Como ves, las referencias que evoca esta lectura son prácticamente inagotables y casi diría que universales. Pero no es lo único que quiero destacar. ¿Qué otras buenas cualidades tiene esta novela? Para mí, dos fundamentales: los personajes y lo tremendamente divertida que es. ¿Vamos por partes?

Los personajes
Los miembros de Saga, nuestros protagonistas, resultan al mismo tiempo arquetípicos y diferentes. Suena un poco a contradicción, pero no lo es. Por ejemplo, en la banda tenemos a Gabriel, el líder carismático capaz de movilizar a las masas con un discurso y el que consigue también volver a reunir a sus antiguos camaradas. Pero sospecha que está perdiendo su carisma. Después está Clay, el hombre tranquilo (Mano Lenta es su apodo) que, sin embargo, esconde un pasado de lo más perturbador. Matrick es el pícaro del grupo: hábil ladrón y rápido con las dagas, dejó la banda para ser coronado por una princesa –en más de un sentido–. Ganelon es el más salvaje, guerrero infatigable y feroz; por él no parecen haber pasado los años, pero tiene motivos para guardar rencor a sus antiguos compañeros. Por último, Moog, un mago de lo más arquetípico, con su saco repleto de cachivaches mágicos y sus descacharrantes equivocaciones, si no fuera porque también lleva una historia trágica a sus espaldas.
Para ser estrictos, en la banda debería haber también un bardo, encargado de escribir la crónica e inmortalizar las hazañas de Saga a través de sus canciones. Pero esta banda en concreto parece ser un poco gafe para los bardos y nunca consiguieron conservar a ninguno, hasta que durante la aventura encuentran la horma de su zapato en Kit, un gul un tanto especial, e inmune al gafe de Saga.
También son muy disfrutables los lazos que unen a estos cinco personajes. En tiempos pasados compartieron aventuras, borracheras y juergas salvajes, pero de eso hace ya muchos años y las vidas de cada uno han transcurrido por derroteros diferentes. A pesar de las dudas y de lo aparentemente imposible de la misión, cuando Gabriel les pide ayuda, el resto no puede hacer otra cosa sino aceptar. Al final, después de todas las peripecias y escenarios visitados, una tiene la impresión de haber leído una conmovedora historia sobre el valor y la amistad.
Por otro lado, destaca la forma en que nos presentan a las bandas de mercenarios. Estas tuvieron su origen en un momento en el que aún había territorios recientemente poblados por los humanos y estos necesitaban expulsar a las criaturas mitológicas que allí vivían, para lo que recurrían a los mercenarios –¿ves otra vez a Geralt de Rivia por aquí?–. Ahora que los pueblos y ciudades ya están consolidados y han conseguido expulsar o absorber a las criaturas extrañas, las bandas ya no son tan necesarias. Aunque siguen existiendo y siendo populares, se han convertido más en espectáculo que en herramienta de colonización. Desfilan por las ciudades, actúan en grandes espacios a la manera de circos romanos y se comportan como estrellas del rock. Siguiendo con este paralelismo, el regreso de Saga sería como el regreso de los míticos Rolling Stones o The Beatles: entre las nuevas bandas, que siempre han querido emularlos, despiertan admiración y envidia a partes iguales.
El humor y la épica
Los reyes de la Tierra Salvaje no es una comedia: contiene momentos épicos, dramáticos y también algunos muy emotivos, pero el humor rezuma por todas sus páginas. Desde escenas con comienzos épicos y finales ridículos a diálogos chispeantes y agudos, pasando por todo tipo de situaciones embarazosas que nuestros protagonistas deben sobrellevar con la mayor dignidad posible.
Por este motivo, a pesar de que el viaje de la banda pueda parecer demasiado largo para resolverse al final en unas pocas páginas, cosa que en una novela de tono más serio podría resultar contraproducente, en ningún momento se hace tedioso. Al contrario, en este caso la lectura se hace tan amena y divertida que no importa lo largo que sea el libro ni que el final pueda resultar un tanto previsible: hay suficientes sorpresas por el camino, y todas muy disfrutables.
Tengo que reconocer que soy (mejor dicho fui) un gran lector de fantasía épica. Pero en los últimos años ando más perdido en las novedades literarias que una gallina en una discoteca. Este pasa también a mi lista de lecturas pendientes. Lo malo que la lista crece más rápidamente de lo que yo leo 😉
Estoy segura de que la vas a disfrutar, sobre todo si leíste mucha fantasía épica. Encontrarás todos los tópicos y lugares comunes, pero tratados con mucho humor y cariño.