La maldición del tranvía 015: ¿magia contra ciencia o magia con ciencia?

Cubierta de La maldición del tranvía 015
  • Título: La maldición del tranvía 015
  • Autor: P. Djèlí Clark
  • Formato: rústica con solapas
  • Traducción: Rebeca Cardeñoso Viña
  • Ilustración de cubierta: Sofía Sanz
  • Diseño e ilustraciones interiores: Almudena Martínez
  • Nº de páginas: 161
  • Fecha de publicación: junio de 2021
  • Fecha de lectura: junio de 2021
  • Enlace de compra: web de la editorial

Esta novela corta, finalista de los premios Hugo (2020) y Nébula (2019), nos lleva a una ciudad de El Cairo alternativa, que se debate entre la tradición y la modernidad y donde la magia y los seres fantásticos conviven con avances tecnológicos sorprendentes. El resultado es una especie de refrescante y original steampunk fantástico de estética y ambiente oriental.

Son varios los elementos de este libro que me gustaría comentar y que creo que contribuyen a crear una experiencia lectora muy especial. Por un lado, la ya mencionada mezcla de magia y ciencia, tradición y modernidad, que se respira en la novela. Por otro, la importancia de los personajes femeninos y las reivindicaciones sociales y políticas que se adivinan en el fondo de la historia. Y, por supuesto, sin olvidar la trama de corte detectivesco que al final es la que sirve para mostrar este original mundo y para atrapar en él al lector de forma inevitable.

Magia y ciencia a la oriental

Como decía al principio, la ciudad de El Cairo vive a caballo entre una ciencia anacrónica, por avanzada, y la magia imperecedera. El transporte de larga distancia se realiza en dirigibles, elemento clásico del steampunk, pero el transporte urbano corre a cargo de los tranvías aéreos, que surcan la ciudad colgados de una intrincada red de cables, como los teleféricos.

Así contado, no parece muy original, pero resulta que lo que hace funcionar esos tranvías son djinns, criaturas míticas de la cultura árabe, muchos de los cuales conviven con los humanos e incluso trabajan con ellos en esta novela. De esta forma, lo que ha impulsado el progreso en El Cairo no es el conocimiento científico, sino la colaboración entre humanos y seres fantásticos y la adopción de la magia y la alquimia como disciplinas científicas.

Los djinn se habían adaptado al mundo moderno en todos los sentidos, incluida la demanda de un salario digno. Muchos estaban incluso sindicados. Sus servicios no eran baratos.

La maldición del tranvía 015, pág. 45

También los personajes son una curiosa mezcla de humanos, djinns, autómatas autoconscientes y otras criaturas imaginarias que no mencionaré para no estropear la lectura a nadie, pero que, junto con la descripción de rituales mágicos tradicionales en el mundo islámico, terminan conformando un universo perfectamente definido, incluso en su punto Jonbar –sí, hay un momento concreto en el que se produce un hecho determinante para la existencia de este Egipto alternativo, por lo que la novela también tiene su toque de ucronía.

A este respecto, el interesante postfacio de Cristina Jurado da las claves para comprender hasta qué punto el autor es conocedor de la mitología árabe-islámica y con qué respetuoso cuidado la utiliza en su novela, poniendo el foco en criaturas mágicas y tradiciones más allá de las brujas, los elfos o los enanos tan típicos de la cultura occidental. Aunque no es realmente necesario para comprender el texto, el libro incluye también un detallado glosario que puede resultar útil con algunos de los vocablos utilizados.

Trasfondo social y personajes femeninos

En ese omnipresente proceso de modernización que está viviendo la ciudad de El Cairo en la novela, uno de los cambios en curso tiene que ver con el feminismo: el movimiento sufragista de las mujeres egipcias, también anacrónico, por anticipado, si lo comparamos con la historia de nuestro mundo.

P. Djèlí Clark
P. Djèlí Clark

Los protagonistas de la novela se encuentran e interactúan una y otra vez con personajes femeninos que, digámoslo así, resultarían poco convencionales en la idea que tenemos de El Cairo en el siglo XIX: camareras con pantalones y botas altas que intervienen en las conversaciones de sus clientes, jequesas que realizan rituales mágicos, especialmente para ayudar a mujeres, autómatas parlantes y autoconscientes, etc.

Hoy en día no es difícil encontrar novelas de fantasía con personajes femeninos potentes. Lo que me resulta más original en esta novela es que, a pesar de tener dos protagonistas varones, son los personajes secundarios, en su inmensa mayoría mujeres, los que hacen avanzar la acción, a través de sus consejos y conocimientos y también de otras formas menos convencionales. Si no fuera un spoiler enorme, haría aquí un comentario sobre la manera en que se resuelve la historia. Si has leído el libro, entenderás sin duda a lo que me refiero y, si no, tendrás que leerlo para averiguarlo. En la misma línea, el movimiento feminista y sufragista no es un mero telón de fondo sobre el que se narra una historia, sino que es determinante en la trama.

De todos estas características que estoy mencionando, no queda sino extraer la conclusión de que en La maldición del tranvía 015 hay una innegable intención de reivindicación política y social de corte feminista, sutil pero palpable.

La trama

Pero, ¿qué sería de una novela de fantasía, por original que resulte su worldbuilding o por muchas reivindicaciones sociales que contenga, sin una buena trama? La maldición del tranvía 015, además de todo lo mencionado, tiene una entretenida y divertida trama detectivesca, aunque el caso investigado tiene, cómo no, un origen mágico. Uno de los tranvías ha sido «poseído» por un ente sobrenatural que ataca preferentemente a las mujeres. El veterano agente Hamed Nars y su compañero novato, Onsi, como funcionarios del Ministerio de Alquimia, Encantamientos y Entidades Sobrenaturales, son los encargados de averiguar de qué tipo de criatura se trata y conseguir que desocupe el tranvía.

La cosa se complica un poco por la escasez de presupuesto del Ministerio, lo cual obliga a los protagonistas a buscar soluciones alternativas que les llevarán por una ciudad de El Cairo alborotada por la inminente aprobación del sufragio femenino. Deberán interactuar con personajes de lo más variopinto, ocasiones que aprovecha el autor para ir mostrando esta realidad alternativa que ha imaginado. Asistiremos a varios enfrentamientos con el ser que ocupa el tranvía 015 y que desafía el saber convencional de los agentes del Ministerio. La intriga y la emoción están servidas.

La historia resulta entretenida y no exenta de ciertos toques de humor irónico y sutil, que la hacen mucho más disfrutable. Son muy destacables algunos diálogos en los que los personajes discuten cuestiones morales o filosóficas con lógica aplastantemente sorprendente. Por otro lado, la pareja policía veterano-policía novato resulta un tópico innegable, pero creo que el autor sabe darle un aire algo diferente, sobre todo a través del personaje entrañable que resulta ser Onsi y que dará algunas agradables sorpresas al lector.

Para terminar, a lo largo del libro hay algunas referencias a una novela anterior ambientada en el mismo mundo, A Dead Djinn in Cairo (2016, Tor.com), aún no publicada en España, pero son detalles que, lejos de impedir el disfrute de La maldición del tranvía 015, inducen ganas de leer también esa historia.

En definitiva, una novela de detectives, steampunk y ucrónica con magia y criaturas fantásticas de la cultura arábigo-islámica, entretenida, divertida y con su punto de reivindicación feminista.

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