
- Título: Disfraces terribles
- Autora: Elia Barceló
- Editorial: Roca
- Formato: tapa dura
- Disponible en e-book: sí
- Nº de páginas: 484
- Fecha de publicación: junio de 2021
- Fecha de primera publicación: enero de 2004
- Fecha de lectura: octubre de 2021
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Hoy te traigo mi quinta lectura del #LeoAutorasOct 2021, y es nada menos que una de Elia Barceló, pionera y gran dama del fantástico en lengua española, aunque en este caso se trata de una de sus novelas realistas, Disfraces terribles, publicada originalmente en 2004 por Lengua de Trapo y reeditada este mismo año por Roca Editorial. Así que, en caso de que hayas venido buscando alguna nueva novela de fantasía, ciencia ficción o terror, que sería lo normal, puedes dejar de leer si quieres, aunque yo te recomendaría que no lo hicieras. Elia es una de esas autoras que siempre merece la pena leer, escriban lo que escriban. Por otro lado, salirse un poco de tu zona de confort de vez en cuando tampoco está mal.

Desde que leí La Maga y otros cuentos crueles (Cazador de ratas, 2015) y, a continuación Sagrada (Sportula, 2018), he seguido a esta autora y he procurado ir leyendo cuanto libro suyo se me ponía a tiro, incluidas sus últimas novelas y reediciones –dejo por aquí un enlace a mi reseña de Consecuencias naturales (Crononauta. 2019) en Origen Cuántico–, aunque no pertenezcan al género fantástico, ya he dicho por qué.
Cuando decidí leer Disfraces terribles este mes de octubre, en el contexto de la iniciativa #LeoAutorasOct, mi intención era sencillamente reseñarlo sin más, pero después de haber leído El color del silencio, Las largas sombras, El eco de la piel y La noche de plata, todas ellas novelas publicadas en fecha posterior a Disfraces terribles, no he podido evitar notar algunos elementos recurrentes que, si bien no todos están presentes en los cinco libros, en cada uno concurren los suficientes para pensar en unas inquietudes y una forma de mostrarlas que son propias y muy características de esta autora.
Algunos de esos elementos –bastante evidentes por otra parte, no voy a descubrir nada nuevo a quien haya leído estos libros– ya los había ido notando con cada nueva novela de Elia Barceló, pero pensando en esta reseña, y teniendo en cuenta que Disfraces terribles se publicó ya en 2004, me di cuenta de que en esta historia está la semilla de lo que más adelante la autora desarrollaría y ampliaría, con la introducción de tramas, temas y enfoques distintos, en el resto de sus novelas para adultos.
Y, como resulta que son precisamente esos elementos los que, junto a su prosa fluida y su dominio casi mágico del lenguaje, hacen tan disfrutables sus novelas –al menos en mi opinión– no me he podido resistir a comentarlos aquí, al hilo de la reseña. Es decir, todo lo que voy a señalar a continuación está presente en Disfraces terribles, pero también lo encontramos en algunas de sus novelas posteriores, lo que iré apuntando a medida que parezca oportuno. Vamos allá.

Misterios o secretos personales y familiares
En Disfraces terribles la trama gira alrededor de los esfuerzos de un joven crítico literario que se ha propuesto escribir la biografía de un famoso escritor argentino, años después de su trágico suicidio. Son muchas las incógnitas que rodean la figura del escritor, desde las razones de su divorcio y repentino activismo político hasta una salida del armario «a destiempo» y el propio motivo que le llevó a quitarse la vida.
El protagonista debe indagar en la vida privada del escritor, entrevistándose con las personas que le sobrevivieron, tratando de entender sobre todo los motivos que hay detrás de los hechos documentados. En sus indagaciones irá encontrando elementos que no cuadran, pistas que parecen apuntar a razones que nadie antes se había planteado y que, a veces, incluso contradicen el relato de los hechos que siempre se había dado por bueno. Cada una de las personas que fueron importantes en la vida del escritor tiene solo fragmentos de información y a veces, además, se resisten a revelarla.
En resumen, la trama principal del libro consiste en el proceso que llevará a desentrañar los misterios que rodearon la figura de este escritor, lo que a su vez implica la revelación de secretos que se habían mantenido ocultos durante años.
También hay oscuros secretos del pasado en El color del silencio y en Las largas sombras, en concreto crímenes que se han ocultado o han permanecido sin resolver durante años. El eco de la piel, por su parte, es quizás la novela con un argumento –que no tema– más parecido al de Disfraces terribles, puesto que también hay un personaje joven que debe investigar para escribir la biografía de una controvertida mujer de negocios, descubriendo secretos inconfesados.
Pasado y presente se entretejen
La mayoría de esos misterios y secretos de los que hablaba en el epígrafe anterior ocurrieron en el pasado de los personajes, aunque vayan a ser revelados muchos años después. Es natural, pues, que tanto en Disfraces terribles como en el resto de novelas se alternen dos tiempos narrativos: el presente de quien investiga y diversos momentos del pasado, del mismo personaje o de otros. Elia Barceló utiliza esta alternancia de forma magistral para ir desvelando fragmentos de información en pequeñas dosis que causan adicción. A sus lectores no les quedará más remedio que seguir leyendo si es que quieren terminar de componer el puzzle. Y querrán.

Pero esta doble dimensión temporal en las novelas no se limita a una mera alternancia entre capítulos ni a un mero truco para mantener el interés del lector. Creo que va mucho más allá, de manera que el pasado se va entretejiendo con el presente y dándole forma. Los hechos del ayer determinan cómo son y qué hacen los personajes hoy. Y cuando en ese tiempo pretérito hay algún enigma o algún secreto que ha permanecido sin ser desvelado durante demasiado tiempo, forma un quiste que, de alguna forma, los personajes tienen que romper para continuar con sus vidas o para resolver los conflictos que se les plantean en el presente.
Es lo que les ocurre al grupo de amigas que protagonizan Las largas sombras, a Helena, la pintora de El color del silencio y a Carola, que regresa a la ciudad que guarda el recuerdo más doloroso de su pasado en La noche de plata. En estas tres novelas esos secretos tienen que ver con crímenes sin resolver, pero hay muchas otras experiencias capaces de dejar huella en las personas, como la autora nos muestra en Disfraces terribles y en El eco de la piel.
Momentos históricos
Elia Barceló aprovecha esas necesarias visitas al pasado para mostrarnos determinados momentos relevantes de la historia más reciente. Así, la mirada retrospectiva en Disfraces terribles nos lleva a París en los años sesenta y setenta del siglo XX, a mayo del 68 y la época del boom de la literatura latinoamericana, en la que figuras como Cortázar, García Márquez o Vargas Llosa alcanzaron notoriedad. Los personajes pertenecen de lleno a esa intelectualidad parisina y con ellos vivimos la vida bohemia.
Con Las largas sombras algunas lectoras revivimos la época de la transición española. Los hechos determinantes en esta novela se producen en 1974, cuando el franquismo daba sus últimos coletazos, entre Elda –localidad natal de la autora– y Mallorca –destino tradicional de los viajes de fin de estudios ya en aquella época–. Elia aprovecha para hacernos respirar esos aires de cambio y expectativas de libertad que empezaban a despuntar en nuestro país con la cercanía del fin de la dictadura, sobre todo para las mujeres, siempre oprimidas entre los oprimidos.
El color del silencio, por su parte, nos lleva por la época más dolorosa de la reciente historia de España: la Guerra Civil, desde su gestación en Marruecos hasta los años posteriores, con un momento clave que sucede el día que el hombre pisó la Luna por primera vez. Y El eco de la piel, a través de la vida de Ofelia, la exitosa mujer de negocios que va a ser biografiada, nos pasea por toda nuestra historia reciente, desde la postguerra hasta nuestros días.

Potentes y cosmopolitas personajes femeninos
Aunque en Disfraces terribles el personaje del biógrafo ejerce el papel de conductor de la trama, debe compartir protagonismo –y cedérselo totalmente, a veces– con Amelia, la ex-esposa del escritor, una mujer fuerte y carismática, ya entrada en años, que sigue exprimiendo la vida sin reparos.
Este tipo de personajes es también una constante en las novelas de Elia Barceló. La autora reivindica –se lo he leído y escuchado en varias entrevistas– que la vida de la mujer no se termina al mismo tiempo que su menstruación y esto debe tener su reflejo también en la literatura. Las protagonistas de El color del silencio y La noche de plata son también mujeres mayores que no renuncian al amor, al sexo ni a disfrutar de la vida en general, y que aún tienen también mucho que aportar al mundo y a las vidas de quienes las rodean.
A pesar de lo que pudiera parecer, ninguno de estos personajes femeninos cae en el estereotipo ni están cortados por el mismo patrón. Son mujeres reales, con sus virtudes y defectos, cada una con su propia historia detrás y con personalidades y voces diferentes. Por ejemplo Helena –El color del silencio– es una mujer con un carácter tan fuerte que resulta borde y antipática. Se ha alejado voluntariamente de su familia y trata a su pacientísima pareja, Carlos, con total despotismo. Y, aun así, te enamora como personaje.
La misma Amelia –Disfraces terribles–, de la que antes hablaba en términos tan elogiosos para ponerla como ejemplo de personaje femenino carismático, ha vivido toda su vida a la sombra de una estrella, el afamado escritor argentino, que nunca le permitió brillar con luz propia. Solo tras la trágica desaparición de su ex-marido ha conseguido su propio espacio en el mundo. Y lo aprovecha pero que muy bien.
Además, y puede que esto sea mera anécdota o puede que no, todas estas mujeres tienen profesiones poco convencionales y son cosmopolitas e incluso glamourosas en algunos casos. Amelia es una exitosa escritora de literatura infantil –sobre todo cuentos de brujas–, Helena, en El color del silencio, es pintora y Rita –de Las largas sombras–, directora de cine, ambas con amplio reconocimiento internacional. Y qué decir de Ofelia, la mujer hecha a sí misma a partir de la nada y que llegó a ser un icono en el mundo de la moda y a poseer un imperio comercial en El eco de la piel. Carola, de La noche de plata, tiene quizás la profesión con menos glamour, puesto que es policía, pero es asimismo una mujer mundana y cosmopolita.

El amor como motor
Otra constante en estas novelas es el amor como una de las razones, si no la principal, que mueven a los protagonistas y les llevan a hacer las cosas que hacen. Sin embargo, no son novelas románticas, porque la trama nunca gira alrededor de una relación amorosa, aunque aparezca una –o varias–y tenga siempre gran relevancia para comprender a los personajes y las decisiones que toman.
Es muy revelador el personaje de Amelia, esa mujer fuerte que parece capaz de comerse el mundo y que, sin embargo, en su juventud, aun teniendo el mismo carácter y personalidad en la base –esta expresión también es muy característica de la autora–, se dejó eclipsar conscientemente por su marido. ¿Por qué lo hizo? Por amor, claro, un amor totalmente desprovisto de egoísmo, justo lo contrario que el tipo de «amor» del que hace gala el susodicho.
Esta relación en concreto me recordó bastante a la de Carola, la protagonista de La noche de plata, con su primer marido, también escritor y un absoluto inútil para el resto de menesteres. Aunque las circunstancias que rodean a ambas parejas son muy diferentes, cierto paralelismo es innegable, y las dos ponen de manifiesto la complejidad de las relaciones y las distintas formas de entender el amor.
Sobre Disfraces terribles
En fin, no olvidemos que esto es una reseña y parece que se está convirtiendo en otra cosa. Hasta aquí he enumerado los elementos comunes en varias de las últimas novelas de Elia Barceló que ya podíamos encontrar en Disfraces terribles, recordémoslo una vez más, publicada en 2004. Pero no me puedo ir de aquí sin comentar también algo que solo está en esta novela y que ha hecho que la disfrute especialmente, y es que es una novela muy literaria.
Al girar sobre la vida de una pareja de escritores en el París de los años sesenta y setenta, en toda la novela se respira literatura. Son muchísimas las conversaciones sobre el tema que mantienen los personajes, preciosas las escenas en las que se describe el proceso de creación de cierta novela, frecuentes las referencias a escritores famosos que todos hemos leído…
Y eso es algo que me encanta, sobre todo viniendo de Elia Barceló, que domina el tema no solo como escritora sino como filóloga que se doctoró con una tesis sobre Cortázar y como profesora de literatura que ha sido hasta hace muy poco. Pero no es su solvencia académica y profesional lo que me conquista, que también, sino el amor por la literatura que se desprende de todas sus obras y que es especialmente patente en Disfraces terribles.
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