
- Título: Innombrable
- Autora: Caryanna Reuven
- Editorial: Crononauta
- Formato: tapa blanda
- Disponible en e-book: sí
- Nº de páginas: 367
- Ilustración de cubierta: Sara H. Randt
- Fecha de publicación: noviembre 2021
- Fecha de lectura: noviembre 2021
- Enlace de compra: web de la editorial
Hoy te traigo esta novela, la primera en formato largo de Caryanna Reuven, autora a la que sigo de cerca desde que leí –y diseccionamos– Horizonte 6. Los textos de esta licenciada en Bioquímica y doctora en Biología Molecular contienen siempre un alto nivel de especulación científica y, desde aquel primer fix-up, se nota que ha ido puliendo la forma de tratar todo ese conocimiento científico de forma que resulte asequible para el lector medio.
Innombrable no es una excepción. En esta ocasión, Caryanna nos lleva a un lejano futuro en el que la edición genética ha sustituido a la cirugía estética: las personas pueden conseguir por este medio el aspecto que deseen, prácticamente sin limitaciones, simplemente sometiéndose a una rutinaria –aunque probablemente cara– intervención.
En este futuro, el universo conocido está dividido entre dos fuerzas opuestas, la Federación y la Unión, inmersas desde hace tiempo en una cruel guerra fría, en la que la información y la manipulación de la misma constituyen las armas más efectivas. En este contexto, la labor de los espías y agentes encubiertos cobra especial relevancia.
Por otro lado, algunas personas tienen la capacidad de renombrar tanto a otras personas como objetos inanimados. Esto de renombrar tiene, a mi entender, mucho que ver con la concepción judía del nombre como definición de la esencia de las cosas –o el alma de las personas–, aunque en este libro queda despojado de cualquier connotación mística o religiosa. En Innombrable, renombrar algo o a alguien consiste en acceder a su esencia interna y alterarla, de forma sutil o evidente, para transformarla en algo distinto. Así, los renombradores pueden modificar los recuerdos, emociones y sentimientos, o transformar una videoconsola en otra cosa, siempre que dispongan de información adecuada sobre la «arquitectura» interna de las personas –su código genético– o de las cosas.
Y así llegamos al meollo de la novela. El, la, le protagonista –pronto entenderás el porqué de tanto artículo– parece ser el instrumento ideal para su gobierno, el de la Federación. IN.00, además de poseer esa capacidad de renombrar, es una persona más que fluida, fluyente: cambia de aspecto, género, identidad y orientación sexual, nombre e incluso carácter con solo proponérselo. De hecho, el fluir de un cuerpo a otro, de una personalidad a otra, es su estado natural. Su propia naturaleza fluida hace imposible que se le renombre: resulta el, la, le agente a veces perfecto, a veces perfecta y otras perfecte.

Con estas premisas Caryanna desarrolla una historia de espías bastante trepidante, en la que acompañamos a IN.00 y sus diferentes identidades en el empeño por cumplir con la misión que la Federación le ha encomendado. Como en todas las historias de espías, hay un juego con lealtades inciertas, posibles agentes dobles y mucha intriga, potenciada aún más con la posibilidad de renombrar a los agentes enemigos o de que los amigos hayan sido, a su vez, renombrados por el enemigo. Desde luego lo que no hay es aburrimiento en ninguna de sus páginas.
Pero Innombrable no es solo una novela de espías en un mundo futuro. Tiene también otros elementos que le dan un valor añadido y que invitan a la reflexión sobre cuestiones de índole social. Por ejemplo, aunque la edición genética es algo habitual y, al parecer, deseable en la sociedad de esta novela, pronto se hacen notar las diferencias entre la mayoría de «editados», que hacen así ostentación de su éxito económico y social, y los «no editados», minoría que se resiste a aceptar los dictados de la moda –o no cuenta con los medios para hacerlo– y a la que se margina.
También plantea el tema del totalitarismo político y el pensamiento único. En un mundo en el que se puede cambiar la forma de pensar de las personas mediante la renombración –uso esta palabra porque es la que utiliza la autora, aunque a mí me suene un poco rara– resulta particularmente tentador renombrar a dirigentes políticos o a otras personalidades influyentes para conseguir oscuros resultados.
Y, por supuesto, está la cuestión ética de la renombración en sí misma, que podríamos interpretar como una extrapolación de lo que la edición genética puede llegar a hacer en el plano físico hacia aspectos más profundos o psicológicos.
Por último, y a ver cómo cuento esto sin hacer spoiler, hay en Innombrable otra historia que «asoma» la nariz de vez en cuando y que captó mi atención de forma inmediata. Se hace evidente que esa trama va a ser importante en el desenlace de la novela y, efectivamente, así es. Sin embargo, me quedó un tanto desdibujada. Aunque lo que se cuenta alcanza de sobra para cerrar Innombrable de forma satisfactoria, hubiera agradecido un poco más de detalle sobre algunos aspectos que no se cuentan. Quizás –ojalá–queden para otra novela.
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