Entremedias: horror y ternura

  • Título: Entremedias
  • Autora: Tananarive Due
  • Editorial: La Biblioteca de Carfax
  • Formato: rústica con solapas
  • Traducción: María Pérez de San Román
  • Disponible en e-book: no
  • Ilustración de cubierta: Rafael Martín Coronel
  • Fecha de publicación: abril de 2022
  • Fecha de lectura: mayo de 2022
  • Enlace de compra: web de la editorial

La Biblioteca de Carfax nos trajo el pasado mes de abril, por primera vez en castellano, a esta autora prolífica y multipremiada, Tananarive Due, ganadora del American Book Award en 2002 por The living Blood (Atria Books, 2001)–segunda entrega de su saga African Inmortals– y del British Fantasy Award en 2016 por su colección de relatos Ghost summer: stories (Prime Books, 2015). Entremedias es su primera novela, publicada originalmente en 1995 por Harper Collins y finalista del premio Bram Stoker ese mismo año.

Cuando compré este libro no tenía ninguna referencia previa, ni sobre la obra ni sobre la autora, más allá de una firme confianza, fundamentada en experiencias anteriores, en el buen criterio de la editorial a la hora de elegir textos de horror/terror para traducir y publicar en castellano. Y, una vez leída, Entremedias se convierte en otra pieza de los cimientos de esa confianza que, de tan sólida, lleva camino de convertirse en fe ciega.

La historia que nos presenta Tananarive Due en esta novela es, al mismo tiempo, terrible y tierna. La autora muestra una sorprendente capacidad para tocar teclas emocionales muy diferentes en sus lectores. Indudablemente, es una novela de terror con tintes sobrenaturales, en la que la muerte y lo que espera más allá –o ni más allá ni más acá, sino entremedias, como reza el título– tienen un papel protagonista. Pero es también una historia de amor incondicional y sacrificio: el de un hombre que está dispuesto a todo por proteger a su familia.

Entremedias contiene una original mezcla de elementos sobrenaturales que podríamos definir como «clásicos» –apariciones fantasmales, sueños premonitorios, experiencias cercanas a la muerte, vudú…– con la noción cuántica de realidades múltiples y personas –no gatos– que pueden estar vivas y muertas a la vez. La mezcla resulta, cuando menos, sorprendente, pero en mi opinión el resultado es brillante.

A pesar de ello, el auténtico horror que te espera en las páginas de este libro no son los fantasmas ni los muertos vivientes. Hay dos elementos, por desgracia, mucho más reales y capaces de provocar un miedo perfectamente racional y del tipo que no desaparece cuando cierras el libro ni puedes relegar fácilmente al confortable terreno de lo imaginario.

Tananarive Due
Tananarive Due

El primero de esos elementos es el odio racista que, en forma de amenazas recibidas por carta, se convierte en el desencadenante de la historia de James Hilton, el protagonista. Su esposa acaba de ser elegida jueza del Tribunal de Apelaciones, convirtiéndose así en la primera mujer negra en alcanzar tal posición en el estado de Miami, donde ambos residen junto a sus dos hijos. Pero ese logro también la convierte en el objetivo de un supremacista blanco, poniendo en peligro la vida de las personas a las que James más ama en el mundo: su familia.

La irrupción de esta amenaza en su vida provoca el regreso de las pesadillas recurrentes que James sufrió en su infancia y adolescencia, después de ver morir a su abuela dos veces. No solo los sueños son especialmente vívidos y perturbadores, sino que, además, nuestro protagonista comienza a vivir experiencias realmente inquietantes, incluso estando despierto. Y aquí es donde entra el segundo de los elementos terroríficos que también podemos encontrar en la vida real: el miedo a perder la cordura, al trastorno mental, a tener una percepción deformada de la realidad que nos lleve a cometer actos de otra forma impensables.

Precisamente este es otro de los aspectos más destacables de la novela: la forma en que Tananarive Due describe el cambio de personalidad que experimenta su protagonista y el sufrimiento que este provoca, tanto en el propio James como en su familia, que llega a sentirse amenazada por él. La autora dedica muchas páginas a familiarizar al lector con este sujeto, haciéndole rememorar episodios de su pasado y de sus no siempre idílicas relaciones familiares, consiguiendo así crear un personaje tridimensional, lleno de claroscuros, imperfecto y extraordinariamente humano.

Hasta aquí, he puesto de relieve la parte más terrorífica de la novela. Pero, como decía al principio, Entremedias también contiene grandes dosis de ternura. Al fin y al cabo, cuenta la lucha de un hombre por mantener a su familia unida y a salvo, un hombre cuya única motivación es el amor que les profesa y que, enfrentándose a una amenaza muy real, debe lidiar también con algo que no está seguro de si tiene un origen sobrenatural o está solo en su cabeza.

Entremedias resulta así una novela compleja, no porque resulte difícil de leer –todo lo contrario, gracias a la sencilla pero efectiva prosa de Due y al buen hacer de su traductora, María Pérez de San Román– sino por la cantidad de temas que toca y las capas de lectura que permite, como espero haber puesto de manifiesto en las líneas precedentes.

Por último, no puedo terminar la reseña sin hacer mención a la ilustración de la cubierta, de Rafael Martín Coronel. Las ilustraciones que elige La Biblioteca de Carfax para sus libros siempre me llaman la atención, pero esta en concreto me parece especialmente inquietante y representativa de la intención del libro y de la historia que narra.

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