
- Título: Alba infinita
- Autor: David Nel
- Editorial: Punto rojo
- Formato: papel y e-book
- Nº de páginas: 466
- Ilustradora: Soraya Andújar
- Fecha de publicación: abril de 2015
- Fecha de lectura: abril de 2020
- Enlace de compra: Amazon
Aunque este libro no es exactamente una novedad, ya que fue publicado en 2015, acaba de salir ahora su segunda parte, por lo que parecía un buen momento para leerlo y, ya que me gustó, reseñarlo.
Se trata de la primera novela de su autor y, para ser una primera novela está francamente bien. Más aún si tenemos en cuenta que es autopublicada y, por lo tanto, no ha pasado por las manos de ningún editor o editora quisquilloso que haya obligado a corregir, cambiar, recortar… Así que la podemos leer tal como salió de la imaginación de su autor.
Os cuento rápidamente de qué va la novela y cómo está organizada, y enseguida pasamos a comentar los aspectos que más me han gustado y algunos (pocos) que, en mi opinión, podrían estar mejor.
Alba infinita nos lleva a un futuro realmente cercano. Arranca en 2054, pero en esas pocas décadas nuestro mundo ha cambiado bastante… Para peor. El cambio climático está provocando permanentes sequías que azotan al planeta. Una crisis económica sin precedentes convierte a las tradicionales potencias mundiales como Estados Unidos prácticamente en países tercermundistas, donde unos pocos privilegiados viven atrincherados en ciudades amuralladas y el resto ha sido abandonado a su suerte en el exterior. Las nuevas potencias económicas serán los países poseedores de recursos o tecnología estratégicos. La crisis de la deuda alcanza proporciones catastróficas para los gobiernos…
En medio de todo este panorama desolador, aparece un rayo de esperanza en Chipre, donde un carismático líder político ha conseguido instaurar un nuevo y bastante utópico sistema económico: la economía basada en recursos. Concentrando a toda la población en su nueva capital, Galatea, ha eliminado el dinero y asegurado la provisión de bienes básicos a todos sus ciudadanos. Estos contribuyen a la economía nacional con su trabajo y a cambio reciben cuanto necesitan para vivir dignamente.
El libro comienza cuando Chipre acaba de abrir sus fronteras a la inmigración, importando así personas muy cualificadas que en sus países de origen estaban abocadas a la indigencia o a cosas peores. Los recién llegados descubrirán una sociedad muy diferente a todo lo que conocían: una economía sostenible, un urbanismo revolucionario, un mundo, en definitiva, utópico. Un sueño hecho realidad. Aunque pronto empiezan a aparecer señales de que puede que no todo sea tan perfecto. ¿Dónde estaría la gracia, si no?
Uno de los aciertos de Alba infinita es su estructura narrativa. Cada capítulo nos va contando la historia de uno de los personajes principales de la novela, a través de momentos temporales distintos. Aparentemente, no tienen nada que ver entre ellos. Tenemos una familia de inmigrantes estadounidenses que llega a Chipre. Ellos serán los encargados de describirnos Galatea y su economía basada en recursos. Pero también hay un adolescente español aficionado a la astrofísica; una joven activista medioambiental china; un ejecutivo chileno que se enamora de una maestra chipriota…
Como decía, son historias sin aparente conexión al principio, pero que van entrelazándose a medida que avanza la novela y, como podréis adivinar, terminan convergiendo todas en Galatea. La forma en que Nel va dosificando la información sobre cada personaje y su papel en la trama lleva al lector a engancharse sin remedio a la historia.

Otro aspecto destacable de la novela es el sentido del humor que salpica sus páginas. Aparece ya desde el primer capítulo, con la hipotética discusión entre Chipre y la Unión Europea, pero se deja disfrutar también en diálogos chispeantes e inteligentes a lo largo de todo el texto.
Me ha resultado especialmente interesante la especulación sobre las relaciones internacionales, tanto comerciales como políticas e incluso de espionaje, en este mundo distópico, y cómo un pequeño país como Chipre, con su economía basada en recursos y sin dinero para comerciar con otros países puede llegar a convertirse en la mano que mueve los hilos en la escena internacional.
Con estas premisas podría parecer que Alba infinita es una novela de ciencia ficción social, y lo es, pero no en exclusiva. También introduce avances tecnológicos nada descabellados, como los chips de identificación personal o pantallas enrollables de grafeno. Pero además, a medida que transcurre la trama cada vez cobra más importancia el aspecto científico-técnico –no olvidemos a ese adolescente amante de la astrofísica, que nos dará grandes alegrías.
Hasta aquí, todo perfecto. Tenemos un libro bien escrito, entretenido, divertido, con gran contenido de especulación social y económica pero también con su dosis de astrofísica y ciencia ficción más tradicional.
Para ser totalmente sincera, hay un par de aspectos que creo podrían mejorarse, como una tendencia del autor, que se nota más al principio de la novela que al final, a «abrir paréntesis dentro de paréntesis dentro de paréntesis…». También hay algún momento de sobreexplicación que podría haber sido eliminado sin perjudicar la comprensión –me refiero a cierta explicación que recibe un niño en el primer capítulo. Y, sin embargo, la evolución de cierto personaje me pareció que no quedaba suficientemente justificada.
Este tipo de fallos son comunes en muchos escritores, noveles y no tan noveles. Pero como digo, en el caso de Alba infinita son puntuales, se concentran en los primeros capítulos del libro, y la cosa mejora sensiblemente a medida que avanza la lectura. Además, los personajes principales están tan bien caracterizados, sus historias tan bien construidas y entrelazadas, y la trama es tan absorbente que, sinceramente, cuando iba por la mitad ya no me acordaba de esos fallos iniciales.
Así que recomiendo la lectura de Alba infinita porque es un libro muy ameno, escrito con inteligencia y sentido del humor –combinación ganadora siempre– que atrapa entre sus páginas y me ha dejado con ganas de leer la segunda parte, Luz azul.
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