A LA SOMBRA DE MERCURIO: BLANCA MART VUELVE A LA PALESTRA

¿Os acordáis del último artículo que publicamos en Origen Cuántico? En él os hablaba de la reedición de tres libros de una de nuestras escritoras de género fantástico más reconocidas, tanto en España como en Latinoamérica: Blanca Mart.

Uno de los libros que reseñaba en ese artículo era Puerto Pirata (Asociación cultural Heroik, 2018). Si lo has leído, ya conoces al piloto espacial Al Braker y su inseparable Whisssita Lena Reed, estudiosa de las luchas antiguas.

Pues bien, A la sombra de Mercurio es una novela protagonizada por estos dos entrañables personajes, donde aparecen también los Archivos de Hurus, otro elemento carcterístico del mundo imaginado por Blanca y sobre el que puedes encontrar varios relatos en Cuentos del Archivo de Hurus (Palabaristas, 2017).

El libro no es una novedad, al contrario: tiene una larga historia. Se publicó por primera vez en México en 1988, con el título La era de los clones y en una versión algo más corta. En 2012 la editorial Pagès publicó su versión en catalán, Els Fills de l’Atzar. Y en 2014 salió la tercera edición, con Editorial Cronos. Como dice su autora, es una novela muy «aventurera», que ha cambiado de título y viajado por distintos países. Probablemente ahora mismo cualquiera de esos libros sea casi imposible de encontrar, así que esta cuarta edición, que además está disponible a un solo click de distancia, es una ocasión de las que no se pueden dejar escapar.

Como os decía en el artículo mencionado al principio, la ciencia ficción de Blanca Mart se caracteriza por la imaginación y el sentido de la maravilla llevados al extremo, sin detenerse en extensas explicaciones científicas que hagan sus historias más verosímiles. A la sombra de Mercurio no es una excepción, pero sí contiene elementos de especulación sobre avances de la ciencia que no nos parecen tan fantásticos, sino bastante más cercanos. Os hablo de la clonación de seres humanos.

En esta novela, la misión del piloto espacial Al Braker consiste en viajar a un planeta remoto para recoger a una eminente científica… Y a su clon. Para complicar aún más las cosas, resulta que las dos mujeres son telépatas, y tienen la capacidad no solo de comunicarse mentalmente, sino también de influir en la voluntad de otras personas. Y a nuestro piloto espacial favorito no le hace ninguna gracia que le hurguen en el cerebro, pero aún así acepta la misión.

A partir de este punto de arranque, la trama va ganando en interés cuando añadimos conspiraciones políticas, intereses ocultos que se van revelando poco a poco, hermanas gemelas (sí, además de los clones) y, por supuesto, la aparición de Whisssita.

Sin dejar de ser una novela de aventuras espaciales, llena de planetas imaginarios y especies misteriosas, giros inesperados y amenazas superadas in extremis –es decir, puro entretenimiento– también contiene las piezas para suscitar interesantes reflexiones sobre temas de ética científica, sobre el racismo, la xenofobia y los prejuicios. En esta novela la clonación es científicamente posible, aunque aún no es algo socialmente aceptado. Los pocos clones que existen son considerados ciudadanos de segunda, cuando no directamente infrahumanos. Los personajes deberán enfrentarse a sus propios prejuicios y a las consecuencias de un mal uso, aunque bienintencionado, de la ciencia.

En definitiva, recomiendo A la sombra de Mercurio a todo aquel que disfrute de un buen libro de aventuras espaciales, con una trama interesante, entretenido, con diálogos chispeantes e imaginativo a no poder más. Eso sí, incondicionales de la ci-fi hard, absténganse.