
- Título: El Señor de la Noche
- Autora: Tanith Lee
- Editorial: Duermevela
- Traducción: Bruno Álvarez y José Montserrat
- Formato: rústica con solapas
- Nº de páginas: 318
- Ilustraciones: Sebastian Giacobino
- Fecha de publicación: septiembre 2022
- Fecha de lectura: octubre 2022
- Enlace de compra: web de la editorial

Hoy quiero hablarte de uno de mis mejores descubrimientos, hasta el momento, de este #LeoAutorasOct: Tanith Lee. Esta autora británica, tristemente fallecida en 2015, a la edad de 67 años, es una de las más prolíficas escritoras de fantasía, con más de setenta novelas y doscientos cincuenta relatos cortos en su haber. Aunque parte de su obra se tradujo al castellano hace unos años, lamentablemente a día de hoy esos libros están descatalogados y prácticamente inencontrables. Quiero pensar que esa es la razón por la que no había leído antes nada suyo y agradecer enormemente a la editorial Duermevela que la haya rescatado de los vientos del olvido.
Como esto del #LeoAutorasOct va de visibilizar a las mujeres de letras, antes de comentar el libro en sí me gustaría resaltar que Tanith Lee tiene el mérito de haber sido la primera mujer en ganar el British Fantasy Award, en 1980, por su novela Death’s Master, precisamente la segunda parte de la serie que se inicia con El Señor de la Noche –Tales from the Flat Earth–. Y tendríamos que esperar nada menos que hasta 2012 para que otra mujer se alzara con el galardón: Jo Walton, invitada de honor en la última HispaCón y también rescatada en castellano por Duermevela, por su novela Among Others –en castellano, Entre extraños (RBA, 2012).
Hecha la inexcusable mención a alguno de los merecidos logros de esta autora, hablemos de El Señor de la Noche. Si te fijas en las etiquetas de esta entrada –aparecen al final–verás que le he puesto todas las que definen un texto según su extensión: novela, novela corta y relatos. La verdad es que no me decido por una, porque este libro es una novela, pero se puede leer como tres novelas cortas o como una colección de relatos, ya que tiene elementos de cada uno de los tres formatos.
En primer lugar, es una novela, cuyo protagonista indiscutible es Azhrarn, «el príncipe de los demonios, uno de los Señores de la Oscuridad». Malvado y cruel por naturaleza, es capaz también de amar con inusitada pasión… y de destruir todo aquello que ama. Altivo, orgulloso, vengativo, exige más que amor incondicional, idolatría pura y sumisión absoluta, tanto de sus súbditos como de los desafortunados humanos que atraen su indeseada atención. Como ves, un dechado de virtudes. Y, aun así, se hace querer por el lector.
Pero la historia está dividida en tres libros: Luz subterránea, Embaucadores y La tentación del mundo, cada uno de los cuales puede leerse como una novela corta autoconclusiva. Y cada libro, a su vez, se compone de seis capítulos, que también pueden leerse como relatos. Tienen su principio –muchas veces enlazado con el capítulo anterior– y su final redondo.
Para empezar no está mal ¿verdad? Una estructura realmente original y muy atractiva tanto para las personas que gustan de novelones como para quienes prefieren leer a pequeñas dosis. Pero insisto: que cada capítulo pueda leerse como un relato o cada parte como una novela corta no impide que el conjunto constituya una única historia –compuesta, eso sí, de muchas historias, en forma de mosaico–: la de Azhrarn y su interacción –llamémoslo así– con la humanidad.
Decía que los capítulos pueden leerse como relatos, y así es, pero tengo que destacar la forma en que la autora los va hilando, conectándolos entre sí utilizando distintos elementos: a veces, un mismo personaje, protagonista o no, que encontramos en diferentes episodios; otras, un simple objeto, como un collar, que va cambiando de manos y propiciando ciertos acontecimientos, o algo tan intangible como las dos mitades de un alma. El resultado es una lectura de una fluidez insuperable, en la que cada historia que comienzas a leer se cierra enseguida, pero nunca tienes la sensación de haber cambiado de libro. No sé explicarlo mejor.

Además de esta particular estructura, hay otros dos elementos que hacen de El Señor de la Noche una de mis mejores lecturas en lo que va de 2022. El primero de ellos es el cautivador mundo en el que te hará sumergirte: una edad ignota, cuando la tierra aún era plana «y flotaba sobre el océano de caos». En este peculiar universo encontraremos reinos, desiertos, ciudades y pueblos, bosques y valles, mares y montañas; sabremos de reyes y reinas, hechiceras y magos, brujas, mercaderes, sanadores, juglares y sacerdotes; maldiciones, profecías, hechizos, encantamientos y, por supuesto, demonios de distintas castas y otras criaturas fantásticas. Y todo ello con un inconfundible sabor oriental que te recordará, indefectiblemente, los cuentos de Las mil y una noches.
La segunda característica es, desde luego, la bellísima prosa de Tanith Lee. Con su forma de combinar las palabras consigue, por un lado, ese tono inconfundible de cuento, de leyenda popular o incluso de narración mítica, que hizo a esta lectora sumergirse de lleno en la tierra plana desde las primeras líneas. Por otro, como señala muy acertadamente Sofía Rhei en su postfacio, hace gala de una maestría incuestionable en el uso de las metáforas. No puedo resistirme a poner algún ejemplo –deformación de profesional de la docencia, supongo:
(…) el llanto de una mujer, tan desamparado y amargo como el viento del invierno
El Señor de la Noche, pág. 16
Primero llegó el jade, luego el rubí y luego un disco de oro que disparaba rayos como flechas de fuego y prendió el mundo en llamas.
(descripción de un amanecer) El Señor de la Noche, pág. 29
Por último, pero no menos importante, alguien podría pensar que una novela escrita en los años setenta del siglo pasado –fue publicada por primera vez en inglés en 1978– por una mujer, cuando estas aún eran aves raras en la literatura fantástica, podría haber envejecido mal. Nada más lejos de la realidad. No sé muy bien a qué se debe, quizás a esa atemporalidad del mundo creado por Lee y a la universalidad de los temas que trata –el amor, el deseo, la ambición, la codicia, el poder, la compasión…–, pero El Señor de la Noche no tiene nada que envidiar a otras novelas de fantasía de publicación más reciente. Incluso me atrevería a decir que en su época debió resultar bastante transgresora, por la forma en que trata algunos temas, como el de la sexualidad, e incluso describiendo relaciones no heteronormativas sin ningún tipo de tabú ni prejuicio.
Sobre este último punto, me viene a la cabeza una sentencia de Julio Cortázar que no puedo reproducir de forma literal, pues se la escuché en alguna charla a Elia Barceló, gran experta en el autor argentino, sobre la imposibilidad de escribir bien las escenas eróticas, porque o bien quedan «cursis», o bien «pornográficas» o, si no, «clínicas». Esta lectora impenitente, en medio siglo más o menos, ya ha leído unas cuantas escenas de cada uno de los tres tipos como para saber identificarlas. Y lo cierto es que Tanith Lee consigue lo que Cortázar creía imposible. Si lo dudas, lee el libro y compruébalo.
Sobre la edición de Duermevela, qué puedo decir. Todas las cubiertas de sus libros son espectaculares, pero este además contiene ilustraciones interiores del mismo artista, Sebastian Giacobino, e incluye un interesante postfacio de Sofía Rhei, en el que ahonda tanto en la figura de la autora como en las características de su obra, y que estoy segura de que te resultará sumamente interesante, como a mí.
¡Hola! Una gran reseña sin duda. Precisamente estoy leyendo esta obra en ebiblio porque desde que leí las primeras páginas de publicadas por la editorial, tanto el personaje de Azhrarn como el estilo narrativo de Tanith Lee tan poético y elegante, me han cautivado por completo. Al principio cuando vi el índice con la división tan particular por libros y demás, pensé que se trataba de una novela larga, pero como y como señalas, son historias cortas relacionadas que ocurren en un mismo mundo y tengo muchas ganas de saber más. Realmente se lee con mucha facilidad.
¡Un saludo!
Me alegro de que te haya gustado la reseña, y creo que el libro te va a gustar aún más 😇. ¡Disfruta esa lectura!