
- Título: Forge of Darkness
- Autor: Steven Erikson
- Editorial: Bantam Press
- Idioma: inglés
- Formato: tapa dura, tapa blanda, e-book, audiolibro
- Nº de páginas: 922
- Diseño de cubierta: Steve Stone
- Fecha de publicación: julio de 2012
- Fecha de lectura: agosto de 2020
- Enlace de compra: Amazon
Reseña de Manuel Hidalgo
La palabra «epopeya» hace referencia a la narración de los hechos heroicos, históricos o legendarios de los orígenes de un pueblo. Así como los cantares de gesta, más cercanos a nuestra literatura, la épica forma parte de la tradición oral en la mayoría de lenguas. Y ¿a dónde nos lleva toda esta explicación teórica? A Steven Erikson y, más concretamente, a The Kharkanas Trilogy.
En Forge of Darkness, primera novela de dicha trilogía, Erikson vuelve al mundo de Malaz con la intención de ampliar sus horizontes. De nuevo, encontramos múltiples tramas que se cruzan en un complejo esquema de interconexiones, como si de un perfecto entramado se tratase. Sin embargo, en esta ocasión, echamos la vista atrás unos cientos de miles de años para ser testigos de la historia original de este mundo, de los hechos que llevaron a la caída en desgracia de la tierra de los Tiste Andii, Kurald Galain.
Retomando, ahora sí, el tema de la epopeya, la novela comienza con una reflexión sobre qué es real y qué no lo es en las historias que se cuentan, una de las claves de la tradición oral: la adaptación de las historias según la voz que las cuente. Erikson propone un juego en el que deja entrever que todo lo que sabemos quizá no sea lo que en realidad aconteció. Por eso hay que indagar en las fuentes, para saber de primera mano qué ocurrió.
Kurald Galain se presenta como una tierra primigenia, un lugar donde conviven algunas de las razas originales del mundo de Malaz, algunas de ellas bien conocidas para los lectores y lectoras de la saga de los caídos, como es el caso de los Tiste, principales protagonistas de esta novela. El conflicto surge sin prisa, ofreciendo distintos puntos de vista, como es propio en las novelas de este escritor, desde el soldado raso que muestra una visión descarnada de la guerra a los dioses ególatras que caminan, como uno más, entre los humanos.
La trama se construye sobre diferentes líneas argumentales que acaban por conectarse, como piezas de puzle, para ofrecer la visión globalizada del conflicto al que se enfrentan los Tiste y el resto de razas que se asientan en esta tierra, entre ellas, los Jaghut, Thel Akai, Forkrul Assail o los misteriosos Azathanais, una de las razas más interesantes y con mayor importancia en la trama.
Entre los personajes, destacan algunos de gran renombre dentro de la saga de los caídos, como son Draconus, Anomander Rake o Caladan Brood, junto a otros menos conocidos o totalmente nuevos, como es el caso de Arathan o la pareja formada por Korya Delath y Haut. Estos se van delineando a través de sus acciones, sus conflictos internos y la exteriorización de los mismos en una atmósfera que oscila entre la traición, el poder y la tragedia.

Y en esta línea trágica es en la que se apoya el discurso del autor. El estilo grave, los arcaísmos y una intención de grandiosidad se dan la mano para agruparse en una condensación de elementos que tienen un fin común: dejar de lado las grandes batallas para ofrecer la lucha existencial de los personajes en un mundo que está condenado al fracaso. El mismo Erikson, en sus posts de Facebook (traducido en el blog El caballero del árbol sonriente), ha expresado la intención de captar ese ambiente trágico y el uso de un lenguaje más complejo con el fin de crear un reflejo de las grandes tragedias de la literatura. Para ello, se ha adentrado en la lectura de toda la obra de Shakespeare, absorbiendo ciertos aspectos interesantes que se traducen en escenas que quedan grabadas a fuego en la mente del lector por la fuerza narrativa y artística que transmiten.
Los conflictos primigenios de la sociedad son presentados a lo largo de la novela. Las relaciones entre dioses y humanos, la civilización frente a la barbarie, el amor y la muerte; los conflictos que han atormentado al ser humano desde los orígenes de cualquier sociedad.
En contraposición a su saga de los caídos, Erikson relaja sus habituales escenas bélicas apoteósicas, como ya he adelantado, para centrarse en los personajes y en la composición general de la trama. La política, la sociedad, la religión, todo tiene cabida en los diálogos de esta novela. Los monólogos internos son una constante que ofrece alguno de los textos más bellamente escritos por el autor, reflejo de las pasiones de los Tiste y, por qué no, de nuestra propia humanidad. El lenguaje poético tiene un papel importante en estas reflexiones, añadiendo aún mayor carga semántica y lírica a la narración.
A ratos, da la sensación de estar en un poema bien construido; otras veces, en una tragedia griega, pero no debemos olvidar que esto sigue siendo Malaz. La crueldad, la tensión bélica y las revelaciones explosivas serán el esqueleto de la novela. Aunque esta sea previa a la decalogía, su publicación posterior es acertada, ya que los hechos y descubrimientos que se presentan harán las delicias de todos los fanáticos del canadiense.
Conforme se acerca el final, todas las piezas se van colocando en su sitio y, como es propio del autor, las últimas escenas suponen unos fuegos artificiales de categoría para las más de novecientas páginas que abarca la novela. Su lectura, dado que, por ahora, solo está en inglés, es ardua, pero cada momento dedicado merece la pena y se ve recompensado con creces. Por supuesto, las puertas quedan abiertas a lo que está por venir en su continuación Fall of Light.
Y, sin más dilación y nada de spoilers: bienvenidos a Kurald Galain, comentan por el lugar que Habrá paz.