
- Título: Janowitz
- Autor: Macip Garzón (Salvador Macip y Ricard Ruiz Garzón)
- Editorial: Obscura
- Formato: rústica con solapas
- Nº de páginas: 264
- Ilustración de cubierta: Juan Miguel Aguilera
- Fecha de publicación: mazo de 2021
- Fecha de lectura: marzo de 2021
- Enlace de compra: web de la editorial
Hoy os traigo una novela que es una auténtica locura. Empecemos por ahí, sin paños calientes. En Janowitz la realidad se ha vuelto majara y las anomalías se suceden sin descanso: el cielo cambia de color, la hiedra se vuelve sensible a los aparatos electrónicos, una epidemia de ceguera colapsa los hospitales… Wade, un periodista intrépido, se afana por retransmitir en directo cada extraño suceso. Por otro lado, aprovechando la confusión del momento, grupos de disidentes liderados por Ender intentan derrocar al todopoderoso Hegemón y un anónimo predicador llamado Joshua gana miles de adeptos que buscan la salvación a través de la iluminación divina, o algo que al menos se le parezca.
Mientras tanto, una misteriosa niña de pelo púrpura recorre la ciudad sin objetivo aparente y las autoridades recurren a una anciana y excéntrica arqueomática, Katniss, que puede ser la única persona capacitada para comprender lo que está ocurriendo, aunque no del todo… En lo que podría ser otro mundo, las Arroway luchan contra un virus informático vintage, buscando una clave numérica para desactivarlo.
¿Suena o no como una locura? Lo es. Nada más abrir el libro, el lector se ve inmerso en una vorágine de acontecimientos extraños, en saltos de unos personajes a otros de forma aparentemente caótica y, en ocasiones, inconexa. Pero nada en Janowitz ocurre al azar. Todos los personajes cumplirán su papel, tratando de salvar sus vidas y su mundo prácticamente a ciegas, sin llegar a comprender del todo lo que hacen.
Janowitz es, así, una novela de acción frenética, de ritmo cada vez más ágil, donde vamos descubriendo indicios sobre lo que ocurre al mismo tiempo que sus personajes. Nos quedamos tan desconcertados como ellos cuando se manifiesta una nueva anomalía, aunque no olvidemos que las Arroway están ahí por un buen motivo. Intuimos la relación entre los dos mundos, pero no seremos capaces de comprenderla realmente hasta el mismísimo final, del que hablaré después.

En Janowitz se mezclan casi a partes iguales elementos de ciencia y tecnología, de matemáticas e informática, de video-juegos y literatura de ciencia ficción, todo ello con una envoltura místico-religiosa que le da al conjunto un aire filosófico-trascendental, lo que inevitablemente hace pensar en obras como Hyperion o Dune. Aunque, en realidad, en Janowitz esa trascendencia resulta bastante más irónica.
Es una novela ideal para frikis y geeks de todos los colores del espectro. No me digas que no has reconocido, al menos, algunos de los nombres de los protagonistas que he resaltado en el primer párrafo. Pues no son los únicos. Creo que cada nombre está ligado a una obra o personaje emblemático de la ciencia-ficción: libros como Ready Player One (Ernest Cline), las sagas de Ender (Orson Scott Card), Contact (Carl Sagan) o Los Juegos del hambre (Suzanne Collins) reciben su homenaje. Y también películas como Tron (1982) o Juegos de Guerra (1983). Incluso creo que hay una alusión a David Bowie y a alguna novela de Kurt Vonnegut.
Viendo esta profusión de nombres familiares, he intentado encontrar también alguna referencia para el título de la novela. Estoy segura de que tiene su razón de ser, los autores no pueden haber elegido nombres tan carismáticos y evocadores para sus personajes y, en cambio, dotar de un nombre no significativo al mundo en el que se desarrolla la historia. ¿O sí? Todo es posible en esta novela. Aunque también es cierto que mi cultura friki llega hasta donde llega, y no es muy allá.
Y ahora es cuando creo que puedo hablar del final. Janowitz es una novela muy entretenida, divertida, que se lee en dos sentadas y atrapa, llevándote a un mundo un tanto caótico –es un caos intencionado– pero lleno de personajes interesantes. Todo eso está muy bien, y a un buen libro no hay por qué exigirle mucho más. Pero Janowitz tiene, además, un sorprendente giro final que me encantó. Evidentemente no voy a desvelarlo, aunque sí puedo decir que tiene mucho de juego metaficcional, incluso un punto filosófico –volverás a preguntarte, una vez más, por la razón de tu existencia–, y de evidenciar los prejuicios del lector. Al menos, los míos quedaron totalmente expuestos. Me habéis pillado, Macip Garzón. Y no puedo dejar de sonreír cada vez que me acuerdo.
¡Muchas gracias! Me alegro que te los hayas pasado bién. Has pillado muchos de los «huevos de pascua», bravo. El título fue el punto de partida, que cogimos prestado de un amigo, así que no hay una explicación como con los otros nombres… ¿o sí? Pista: hay una relación con la cita que abre el libro. Y otra que quizás ya has visto: el orden «caótico» de los capítulos que mencionas cobra sentido si te fijas en los números…
Muchas gracias por la pista, no tengo el libro conmigo ahora, pero en cuanto llegue a casa sacaré la lupa y me pondré a investigar 🙂