Todas las chicas descalzas: Mories en estado puro

  • Título: Todas las chicas descalzas
  • Autora: Nieves Mories
  • Editorial: Dilatando Mentes
  • Formato: tapa dura
  • Nº de páginas: 175
  • Ilustración de cubierta: Mariana Palova
  • Disponible en e-book: no
  • Fecha de publicación: octubre 2021
  • Fecha de lectura: noviembre 2021
  • Enlace de compra: web de la editorial

Hoy te traigo esta colección de textos de Nieves Mories, que incluye incluye seis relatos breves y la novela corta La chica descalza en la colina de los arándanos, con la que se dio a conocer en 2017 –aunque tenía algunas obras publicadas con anterioridad, creo que no me equivoco al afirmar que el merecido éxito de «la de los arándanos» le dio a esta autora el espaldarazo que necesitaba para empezar a publicar sin parar–. Desde entonces, ha publicado otra novela corta –Agnus Dei (Cerbero, 2018)– y dos largas –Asuntos de muertos (Cerbero, 2019, El transbordador, 2021) y Agujeros de sol (Dilatando Mentes, 2020). La chica descalza en la colina de los arándanos y Agnus Dei fueron finalistas de los Premios Ignotus como Mejor Novela Corta y tanto Asuntos de muertos como Agujeros de sol lo fueron en la categoría de Mejor Novela.

Quienes hayan leído todas estas obras, o solo algunas de ellas, ya pueden anticipar lo que les espera en Todas las chicas descalzas. Textos muy bien escritos, con precisión casi quirúrgica, que nos muestran siempre una cara impactante de historias que podrían llegar a resultar anodinas por lo tristemente habituales, como esa noticia de sucesos del periódico que olvidamos poco después de leerla, si no fuera por la mirada de Mories, que la convierte en algo… diferente.

Pero ¿quiénes son esas chicas descalzas a las que hace referencia el título? Son hijas, hermanas, madres, mujeres en definitiva, que sufren pero no se resignan. Son víctimas que, a veces, se convierten en verdugos. Cuando no, ahogan su dolor en alcohol y drogas, o consienten en ser asesinadas o en arrancarse el corazón. Todas las chicas descalzas nos habla del dolor, del sufrimiento de ser mujer y no querer ajustarse a los moldes que la sociedad impone. Siempre nos han dicho que quien mal anda, mal acaba, pero ¿quién decide lo que es «andar bien»? Si no haces lo que se espera de ti, si te empeñas en ir descalza buscando tu propio camino, te señalarán con el dedo y nadie se sorprenderá si terminas en un contenedor de basura.

Y ¿en qué consiste esa mirada particular de Mories que deja una impronta perfectamente reconocible en cada historia que cuenta? Tanto Albano Cruz, en su magnífico prólogo, como Alicia Pérez Gil, en las esclarecedoras anotaciones a cada relato, inciden sobre la misma idea: en Todas las chicas descalzas, Mories nos habla de crímenes, de asesinatos, de violencia, poniendo el foco no sobre los asesinos, sino sobre las víctimas, las grandes olvidadas en cine, literatura y música –la música está muy presente en todos los textos–. En todas estas obras el papel de la víctima se limita a eso, a morirse y dejar un bonito cadáver. Pero en realidad debería ser la protagonista de la historia, es quien ha sufrido en primera persona toda la violencia, todo el dolor, y quien ha derramado su sangre.

Nieves Mories
NIeves Mories. ¿A que parece maja?

Esta intención queda de manifiesto en la utilización, en casi todo el libro, del narrador en primera persona, con las dos únicas excepciones de Tus ojos –en segunda– y Matadero –en tercera–. A veces, quien nos habla es la propia víctima. Otras, alguien muy cercano a ella –una madre o una hermana. El único relato en el que Mories no nos invita –¿o debería decir obliga?– a ponernos en el lugar de las chicas descalzas es Nebraska. Este se centra más bien en la intimidad inherente al acto de acabar con la vida de otra persona. Parece más aséptico, menos visceral que el resto de las historias, pero es igual de inquietante, o más.

Además de las historias en sí y su particular mirada, lo que me convirtió en fan incondicional de Mories desde la primera vez que la leí es la forma que tiene de escribir, de narrar, y que va mucho más allá de una prosa afilada y unas imágenes bien escogidas. De alguna manera, no sé bien cómo, Nieves consigue transmitir el profundo cabreo, la rabia visceral que llena la vida –y la muerte– de sus chicas descalzas. Seguramente tiene mucho que ver con su forma despiadada de narrar los acontecimientos, muchas veces haciendo uso del humor, pero uno ácido y sarcástico, a veces incluso macabro, de los que te congelan la sonrisa antes de que termine de formarse en tu cara.

Para terminar la reseña, solo un pequeño aviso. Si fuiste mecenas de Sinècdoque, el grupo formado por Alicia Pérez Gil y la propia Nieves Mories junto a otros escritores y escritoras nacionales de género fantástico, es posible que ya hayas leído La marea y Matadero. Y, por supuesto, La chica descalza en la colina de los arándanos –si no la has leído aún, no sé a qué esperas para comprar este libro–. El resto de relatos creo que son inéditos, y a mi entender ha sido una magnífica idea reunirlos en esta colección de lujo, limitada, numerada y en tapa dura, con inquietante ilustración de Mariana Palova en la cubierta.

Para resumir, Todas las chicas descalzas es un grito de rabia y dolor por todas las mujeres señaladas con el dedo, las irreverentes e insolentes y las sumisas, las que se rebelan contra el mundo y las que huyen de él, las que luchan y las que se dejan vencer. Todas ellas terminarán convirtiéndose en víctimas, pero es entonces cuando llega Nieves Mories para darles voz y remover las entrañas de quien se atreva a escucharlas.

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