Sinfonía de sombras I: Despertar

Hoy te traigo Despertar, primera parte de la saga Sinfonía de Sombras, de C. Roto. Es la primera obra que leo de este autor, así que no tenía ninguna idea previa de lo que podía encontrar. Y me llevé una grata sorpresa al descubrir una novela bien escrita, ambientada en un mundo original y, al mismo tiempo, lleno de resonancias familiares, y de lectura muy entretenida.

Sinfonía de sombras se desarrolla en un planeta orbitado por cuatro lunas y habitado por seres humanos y otras poderosas criaturas. Las luchas e intrigas por hacerse con el poder son habituales, así como las alianzas y traiciones entre reinos y razas. La última gran guerra se saldó con la hegemonía de los seres alados, los ángeles, en alianza con el reino de Aqualia, ubicado bajo las aguas de un gran lago y poblado por un tipo especial de humanos: los elementales de agua.

La historia se desarrolla en tres arcos principales, según sus personajes protagonistas, que van cambiando de escenarios a medida que transcurre la trama.

Tenemos la historia de Khalia, hija del Serafín, gobernante absoluto del Reino de los Cielos, donde las mujeres-ángel, al acercarse a la edad adulta, están obligadas a someterse a un cruel ritual para renunciar a sus poderes. Algo sucede durante el rito de iniciación de Khalia, que la alejará del hiperprotegido entorno del palacio y la obligará a descubrir realidades que siempre le habían ocultado. Y todo lo hará en compañía de Nyd, una mujer-demonio, enemiga ancestral de los ángeles.

Por otro lado, Ëlio y su hermana Kurny son «Hijos de los Árboles», humanos dotados de magia gracias a sus varitas de hueso. Los Hijos de los Árboles son temidos y perseguidos en todos los reinos, por lo que deben vivir ocultando su condición. Los dos hermanos perderán a su familia en un ataque de los ángeles y emprenderán un largo viaje en busca de un lugar donde poder vivir sin esconderse.

Por último, Aiyana es una joven humana que, en un momento especialmente tenso, descubre que es una elemental de tierra y, por lo tanto, debe servir dos años en el ejército de Tiksi Muyu, su reino y uno de los perdedores de la última guerra. En cambio, la envían como tributo al reino de Aqualia, donde se verá obligada a realizar una odiosa tarea contra la que tendrá que rebelarse.

Como ves, Sinfonía de sombras es una obra muy ambiciosa, en cuanto a la creación del mundo, a la complejidad de la historia y al número de personajes –solo he mencionado los principales, pero hay también muchísimos otros con papeles importantes en la trama–. Además de las vicisitudes de los protagonistas, descubrimos importantes acontecimientos del pasado de este mundo, antiguas profecías que parecen a punto de cumplirse, rencillas ancestrales y traiciones entre ángeles y demonios, que nos van ayudando a comprender el porqué de los actos de algunos personajes.

A pesar de toda esta complejidad, Despertar es una novela que se deja leer con gusto. El autor dosifica la información casi «a cuentagotas», por lo que una vez que empiezas, no te queda más remedio que seguir leyendo. Y querrás hacerlo, porque los personajes de Khalia, Ëlio y Aiyana son fascinantes y los problemas a los que se enfrentan, altamente intrigantes. ¿Qué pasó en el Rito de la Madurez de Khalia? ¿Por qué un avatar –algo así como un adivino ciego– y un caballero tienen tanto interés en proteger a Ëlio? ¿Quiénes fueron los padres biológicos de Aiyana y qué contiene la misteriosa caja que encontró tras la muerte de su padre adoptivo?

Quizás la parte que más ha llamado mi atención sea el enfrentamiento ancestral entre ángeles y demonios y el sistema político del Reino de los Cielos. Como decía al principio, el mundo de Despertar resulta original pero tiene evidentes resonancias bíblicas. Los primeros capítulos dedicados a Khalia transcurren en el Palacio de las Agujas, un lugar que se presenta esplendoroso y brillante, pero en el que enseguida se nos muestran detalles de los que hacen arrugar la nariz. Pronto será evidente que el Serafín no es el ser benéfico que una –ex-alumna de colegio de monjas– esperaría, ni los demonios son, en realidad, tan distintos de los ángeles, excepto por el color de su piel. No quiero extenderme mucho, porque prefiero que lo descubras en persona cuando leas el libro.

Para ser del todo sincera, no puedo dejar de mencionar lo que pienso que es el único hándicap de la novela, y que tiene que ver precisamente con la amplitud del mundo y de la historia. No olvidemos que Despertar es solo la primera entrega de una saga, y son casi seiscientas páginas. La primera parte, dedicada básicamente a la presentación de los personajes y del mundo puede hacerse un poco lenta, aunque en ningún momento estuve tentada de dejar de leer, al contrario. Pero llegar al final y encontrarme con más preguntas que respuestas a los misterios que me han ido presentando me resulta un tanto frustrante.

En cualquier caso, Despertar es una buena lectura, una ambiciosa novela centrada en un mundo donde la opresión y la discriminación por distintas razones son la norma, y sus protagonistas parecen abocados a luchar contra tan injusta ley. Habrá que esperar a las siguientes entregas para conocer la resolución de los conflictos que se plantean y, quizás, para una confluencia de las tres tramas principales.