25 obras que me gustaría nominar en los Premios Ignotus 2023

Este año voy un poco atrasada con todo: lecturas, reseñas… y papeleta de Ignotus. Normalmente, a estas alturas del año suelo tener muy claras cuáles han sido mis obras favoritas en varias de las categorías –básicamente, las de libros–, pero a unos diez días de que termine el plazo, aún no me he decidido en muchas de ellas. Así que no estoy yo como para hacer recomendaciones, pero tampoco quiero faltar a mi cita anual con los lectores y lectoras de mi blog, aunque solo sea para compartir mis dudas y recordaros algunas obras ignotables que puede que se hayan perdido por los recovecos de la memoria.

Así que me planteo esta entrada como una especie de recordatorio-resumen de las que han sido mis mejores lecturas y que, además, encajan en alguna de las categorías de este año. Hay muchas otras que se van a quedar fuera, aunque las haya disfrutado mucho, sencillamente por falta de espacio –solo podemos proponer tres candidatos en cada categoría– o porque no son ignotables, como muchas de las antologías que más me han gustado. Como nos pasa a todas, en algunas categorías tengo más de tres candidatas y en otras me voy a quedar muy corta. Pero vamos al lío.

Mejor novela

Nos devoró la niebla, de Marina Tena Tena (Insólita, 2022)

Es una novela de terror «rural» inspirada en un cuento infantil realmente espeluznante. Pero contiene también una historia de superación de traumas y complejos y una profunda reflexión sobre el sentimiento de culpa, la amistad y el amor fraternal. Además de todo eso, está tan bien escrita como el resto de novelas de esta autora –muy justamente ignotada en ediciones anteriores– y tiene una de esas potentes frases de inicio que la caracterizan.

Inanición, de Daria Pietrzak (Dilatando Mentes, 2022)

Otra novela de terror rural, esta vez ambientada en un pueblo de la España vaciada, al que llega una joven pareja con la intención de rehacer su vida lejos del ajetreo de la ciudad. Sin embargo, el pueblo tiene un oscuro pasado y alberga terribles secretos. Además del terror en sí, la estructura de la narración y la profundidad sicológica con que la autora trata a sus personajes hacen de esta historia oscura y terrorífica una lectura muy recomendable y premiable.

Hz, de Pedro Moscatel (Cazador de ratas, 2022)

Esta no es de terror, sino de ciencia ficción con mucho humor. Contiene ideas originales sobre la estructura de la realidad –y las consecuencias de alterarla– además de personajes muy bien caracterizados y adorables –todos, menos uno–, diálogos descacharrantes y una historia de esas que están repletas de acción pero conviene leer con papel y lápiz, porque está plagada de vueltas, revueltas, bucles y paradojas temporales. Aún así, se lee en dos sentadas, lo cual dice maravillas sobre el saber hacer del autor.

Solo los vivos perdonan, de Ismael Martínez Biurrun (Aristas Martínez, 2022)

Esta novela inclasificable de uno de mis autores favoritos contiene una profunda reflexión sobre la culpa y el perdón, con referencias al pasado reciente –muy reciente– y más negro de nuestro país. Y digo que es inclasificable porque no encaja ni en ciencia ficción –aunque haya una concepción realmente original del tiempo– ni en fantasía ni en terror –aunque aparezcan criaturas imaginarias–. Pero, desde luego, de género fantástico es y, por lo tanto, muy ignotable.

Mejor novela corta

El libro de todos los libros, de Ricardo Montesinos (La Magnífica, 2022)

Este es uno de los mejores libros que leí el año pasado y que no me canso de recomendar a diestro y siniestro. Además de un fantástico libro de aventuras, basado en los viajes de Marco Polo, es también un «libro sobre libros» que destila amor por la literatura y guiños y referencias para todos los gustos. Y todo esto lo mezcla Montesinos con historias de aroma oriental y un precioso juego metaficcional que me pareció una delicia.

Mejor cuento

Mensaje de despedida, de L. J. Salart, en Supersonic nº 22

Este cuento habla de una humanidad que ha alcanzado la inmortalidad y de las consecuencias que esto supone para algunas personas, además de contener una de esas ideas «circulares» que tanto me gustan en los cuentos. Solo por eso ya merecería mi voto, pero tengo una razón adicional y es que que Mensaje de despedida ocurre en el mismo futuro lejanísimo que Proyecto Marte (Cazador de Ratas, 2019), novela del mismo autor que también disfruté muchísimo y que, como el cuento que te recomiendo, está escrita con esa sensibilidad especial que caracteriza las obras de Salart.

Todas las vidas posibles, de Eva G. Guerrero, en revista Windumanoth nº 16

Este cuento de Eva G. Guerrero es uno de esos que encierran lecciones de vida. Me ha gustado la forma en que la autora transmite esas lecciones, eligiendo un solo personaje en varios momentos de su vida y determinados objetos simbólicos que cambian de manos a lo largo del cuento, y es entonces cuando conocemos su verdadero significado. Además, la forma de escribir de Eva es especialmente evocadora, y logra crear ambientes de manera envidiable.

Las tres pruebas, de David Mancera, en el Patreon de Ediciones el Transbordador (2022)

Probablemente, recomendar este cuento a quien, a estas alturas, no lo haya podido leer, sea hacerle una faena, puesto que solo estuvo disponible para los mecenas del Patreon de El Transbordador. (Edito: ahora está disponible en Lektu, el enlace de arriba te llevará directamente). Yo tengo un ejemplar dedicado por el autor, porque fui una de sus lectoras beta. Pero no es por eso por lo que lo recomiendo, sino porque es un cuento de inspiración oriental lleno de sentido de la maravilla, que ya me encantó en aquella primera lectura, y tan bien escrito como todo lo que hace David. Si mi argumento personal no te convence, te recuerdo que fue finalista del Premio Domingo Santos de 2021.

Mejor antología

Cuentos para Algernon, Año X

En esta categoría me da mucha rabia quedarme corta, porque la mayoría de antologías publicadas en 2022 que he leído o son de autores extranjeros sin seleccionador nacional o son recopilaciones de relatos ya publicados anteriormente, por lo que no son nominables. En cualquier caso, Cuentos para Algernon, año «lo que sea», es un título fijado en mis papeletas de voto para los Ignotus. Y no a ciegas –que podría– sino porque el gusto de Marcheto a la hora de seleccionar los cuentos que traduce suele coincidir bastante con el mío. De hecho, en «Mejor Cuento Extranjero» propondré algún relato de esta antología.

Mejor artículo

Fragmento de "La conflagración mágica de Pale", de Michael Komarck

Entre sendas y fortalezas: la magia en Malaz, de Alejandro Marín

Publicado en el blog de Dani Garrido, El caballero del árbol sonriente, va en mi papeleta de los Ignotus porque le estoy inmensamente agradecida a Alejandro, una de las personas que más sabe sobre el mundo de Malaz –con permiso del propio Dani– y que se ha tomado el trabajo de escribir un artículo para explicarnos algo que pocos malazanos comprendemos: lo de las sendas. Con este amplio ensayo demuestra no solo que se ha leído Malaz al completo, sino que ha reflexionado sobre significados, interpretaciones y puntos de conexión que otras lectoras más vagas, como yo, pasamos por alto para centrarnos en la mera trama.

"Para ser testigo", de Mark Simonetti

Sin testigos: recuerdo y heroísmo en Malaz, de Daniel Garrido

Y otro artículo sobre el mundo de Malaz que disfruté mucho cuando se publicó, también en el blog El caballero del árbol sonriente. Qué le voy a hacer si soy fan declarada de esta saga, y me encanta leer lo que otras personas, mucho más cualificadas que yo, escriben sobre ella. En este artículo, además, Dani hace un análisis estupendo de uno de los episodios más épicos y emocionantes, desde mi punto de vista, de toda la saga: la Cadena de Perros y la muerte de Coltaine. Me emocioné cuando leí el libro, hace años, y vuelvo a emocionarme cuando artículos como este me lo recuerdan.

Mejor ilustración

Cubierta de Un refugio para los condenados, de Raúl Ruiz

Como no soy ninguna experta en arte, y ni siquiera pretendo hacerme la entendida, lo que valoro en las ilustraciones de cubierta de los libros es que, de alguna forma, no solo describan lo que vas a encontrar dentro, sino que «transmitan» la sensación o sensaciones que puede provocar la lectura. Y, en este sentido, esta ilustración de Raúl Ruiz «se sale». Mírala bien y te sentirás como cuando leas –si no lo has hecho ya– el libro.

Cubierta de Entremedias, de Rafael Martín Coronel

Siempre me ha gustado muchísimo el diseño y la línea tan identificable de los libros de La biblioteca de Carfax, y las ilustraciones de Martín Coronel siempre suelen cumplir las expectativas que describía en el párrafo anterior. Esta, de Entremedias, aparte de reflejar y transmitir el contenido del libro, me gusta especialmente por el colorido y por la expresión del personaje.

Cubierta de Flores para una niña muerta, de Juan Alberto Hernández

Como no soy entendida en arte ni en ilustración, nunca había tenido un ilustrador o ilustradora favoritos hasta que empecé a ver los trabajos de Juan Alberto en las redes sociales. Casi todas son ilustraciones oscuras, inquietantes y cósmicamente horrorosas, pero cuando hace cubiertas de libros, también tiene esa capacidad de adaptarse al contenido de la obra y reflejarlo desde su interpretación personal. De entre todas las que ha hecho este año, me quedo con esta, por los «huesecillos» y esa enigmática figura –¿persona, sombra o bosque?– del fondo.

Mejor novela extranjera

Huérfanos de la tierra, de Adrian Tchaikovsky (Alamut, 2022)

Esta novela es la primera parte de la saga de Los Arquitectos, unos seres de dimensiones cósmicas que destruyen planetas por todo el universo, sin motivo ni objetivo aparentes. La Tierra ya ha sido «arquitecturizada» y los restos de la humanidad, junto con otras especies que han sufrido una suerte parecida, luchan por sobrevivir a esta descomunal amenaza. La imaginación portentosa de Tchaikovsky y su sentido de la maravilla garantizan una lectura interesante. Su saber hacer narrativo asegura, además, una historia entretenida, trepidante y llena de sorpresas. Soy tchaikovsker y voto a Tchaikovsky.

El americano, de Jeffrey Thomas (Dilatando Mentes, 2022)

Esta novela de terror sobrenatural ambientada en el Vietnam moderno cuenta la desaparición de dos jóvenes vietnamitas y los esfuerzos del hermano de ambas para encontrarlas, con la ayuda de un estadounidense ex-combatiente de la guerra entre ambos países. A pesar de contener elementos sobrenaturales, el terror no proviene de ninguno de ellos, sino de monstruos muy humanos. Además de la trama típica de un thriller sobrenatural, esta novela nos aporta una cruda visión de las consecuencias de la guerra que, aún ahora, soporta la población vietnamita y una profunda reflexión sobre la venganza.

Un dios inclemente, de Steven Erikson (Nova, 2022)

Con esta novela publicada por Nova, Erikson da inicio a la Trilogía de los Testigos, ambientada también en el mundo de Malaz, pero unos años después de lo narrado en El libro de los caídos. Parece que esta saga no ha tenido tan buena recepción en su país como su predecesora, pero a mí este libro me ha gustado tanto como cualquiera de la decalogía. Incluso puede que más, porque la lectura se me hizo menos densa, más llevadera. Contiene tanto momentos épicos como otros tragicómicos o, directamente, hilarantes, al estilo de Erikson. Así que irá en mi papeleta, como buena malazana.

Siete de infinitos, de Aliette de Bodard –en Historias de Xuya (Red Key Books, 2022)

Aunque las dos novelas cortas que aparecen en esta edición de Red Key Books me gustaron muchísimo, con sus naves mentales y su inspiración oriental, me quedo con Siete de infinitos por dos motivos: por la bonita relación entre su protagonista humana y la nave mental de nombre evocador y porque es la que realmente me hizo sumergirme y disfrutar en el universo de Xuya, con todos sus claroscuros. Además, La maestra del té y la detective no es nominable, al haber sido publicada previamente en catalán por Mai Més (en 2020).

Mejor novela corta extranjera

De conjuros y otras penas, de Angela Slatter (Duermevela, 2022)

El año pasado me quedé con las ganas de votar otro libro de Slatter, Masa madre (Dilatando Mentes, 2021), por ser colección de relatos de autora extranjera sin seleccionador nacional. Este año pienso desquitarme proponiendo esta novela corta, ambientada en el mismo mundo y protagonizada por uno de los personajes que también aparecen en varios cuentos de la antología. Habla de brujas, sororidad, superación y supervivencia, se lee en dos sentadas y deja muy buen sabor de boca.

Una minoría modélica, de Cory Doctorow, en Radicalizado (Capitán Swing, 2022)

Entre las cuatro novelas cortas que contiene el libro, todas igual de incisivas en distintos aspectos de nuestra sociedad, mi favorita es Una minoría modélica –representada en la cubierta por la silueta del superhéroe–. Trata sobre el odio y la discriminación racial utilizando para ello un punto de vista muy especial: el de un superhéroe –aunque no se llame así, todo el que lo lea verá a Superman– que trata de luchar contra el sistema. El contrapunto cínico se lo da otro héroe de cómic, que tampoco nombra, pero verás claramente a Batman. Me hizo pensar, además de disfrutar.

Infiltrado, de K. J. Parker (Red Key Books, 2022)

En realidad podría nominar la entrega anterior de esta saga, El demonio de Próspero, que también me gustó mucho, pero tenía que elegir una y en mi recuerdo disfruté aún más con esta. Quizás se deba a que ya había leído la anterior y creía conocer a los personajes, pero es que además hizo crecer mi interés por este mundo ideado por Parker, en el que la lucha entre demonios y exorcistas se enmarca dentro de un gran y misterioso Plan del que tengo ganas de saber más. Y, aunque hay humor en las dos novelas, esta me resultó aún más divertida.

Mejor cuento extranjero

Elecciones en Villa Encantada, de Cat Rambo, en La mecánica secreta del mundo (La Máquina que hace Ping!, 2022)

Esta colección de relatos me pareció muy completa y variada en cuanto a temática, género y estilo de los cuentos. Pero hubo uno en especial que me arrancó varias sonrisas, porque destila un humor muy fino que, al mismo tiempo, revela una comprensión profunda de la naturaleza humana, muy al estilo de Terry Pratchett en sus novelas de Mundodisco. Un cuento divertido y delicioso que se merece un Ignotus.

Espíritu viajero, de Brian Evenson, en Una canción para deshacer el mundo (Dilatando Mentes, 2022)

Todavía tengo este cuento fresco en la memoria, porque hace poco que publiqué la reseña del libro, una de esas antologías «no ignotables» por ser de autor extranjero y no haber estado la selección de los cuentos a cargo de ninguna persona de nacionalidad española. Y es una pena, porque contiene relatos que son una auténtica delicia, como este que pienso votar. Por resumirlo de alguna forma, habla de una manía persecutoria con un final redondo.

Una manera mejor de decirlo, de Sarah PInsker, en Cuentos para Algernon, año X

Este cuento se encuadra en el especial Cuentos de cine que une dos de las principales aficiones de su editora y traductora, Marcheto: la literatura fantástica y el cine. La historia nos retrotrae a los tiempos del cine mudo y al Nueva York de los inmigrantes de las primeras generaciones. Me encantó la ambientación de este relato, así como el cameo de Douglas Fairbanks (padre) y Mary Pickford y, por supuesto, el sutil y sorprendente elemento fantástico. Hay más cuentos ignotables en la antología, pero solo quería escoger uno.

Mejor libro infantil-juvenil

Fantasmas de verde jade, de Víctor Sellés (Obscura, 2022)

No soy lectora habitual de libros dirigidos al público más joven, pero de vez en cuando cae en mis manos alguno que encuentro especialmente interesante. Ese es el caso de Fantasmas de verde jade, tan bien escrito y con una historia al mismo tiempo tan original y tan llena de referencias reconocibles que no puedo evitar recomendarlo para que lo tengas en cuenta en tu papeleta de propuestas para los Ignotus. El libro narra una historia bastante autoconclusiva, aunque deja algunas incógnitas sin despejar, de cara a la siguiente entrega. Yo estoy deseando leerla.

Mejor juego de rol

Pokemon, Aventuras en Kanto, de Unai Rojo

Este es el primer año que voy a votar en esta categoría, pero es que también ha sido la primera vez en mi vida que he jugado –aunque con hija interpuesta– una partida de rol. Fue en el marco de las Jornadas Pórtico que organiza la Asociación de idéntico nombre –tiene otro, pero es impronunciable–y fue tan divertido que no puedo menos que proponer el juego para un Ignotus.

4 comentarios

  1. No he visto en el artículo ninguna obra autopublicada, y considero que las hay muy buenas en todas las categorías. Son estas, precisamente, las que necesitan más apoyo publicitario que las que van con una editorial.
    Lástima que haya encontrado esto cuando ya ha acabado el proceso, pero me permito recomendarte dos obras de distinta categoría.
    Como novela: El viaje de Orión – Quique Lobo
    Como novela corta: Cometa rojo – Raúl Álvarez

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    1. ¡Hola, Enrique! Muchas gracias por tu comentario y sugerencias. La verdad es que sí leo obras autopublicadas y, cuando me gustan, las reseño en el blog, aunque este año ninguna me ha gustado tanto como para incluirla en mi papeleta de los Ignotus (es una pena que solo se puedan proponer tres obras). Me apunto las que me dices, aunque ya no sea para «ignotar».

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      1. Entiendo que es difícil leer (o ya solo conocer) todas las obras presentadas a los premios.
        Ahora que ya están publicados los finalistas, he podido ver que sí hay autores autopublicados en casi todas las categorías.
        Estoy orgulloso de estar seleccionado para la categoría de novela con «El viaje de Orión. Ciudad», así como de tener entre mis contactos a uno de los seleccionados para la antología «Lágrimas de Silicio» de Juan Antonio Oliva Ostos.
        Por si no los conocías.

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