Estación niebla: tradición cyberpunk

Estación Niebla, de Enric Herce
  • Título: Estación Niebla
  • Autor: Enric Herce
  • Editorial: Red Key Books
  • Formato: rústica
  • Nº de páginas: 182
  • Disponible en e-book: próximamente
  • Traducción: Henric Herce
  • Ilustración de cubierta: Alberto Martínez «Kisama»
  • Fecha de publicación: mayo de 2022
  • Fecha de lectura: junio de 2022
  • Enlace de compra: web de la editorial

Con esta novela, en su versión catalana (Estació Boira, Males Herbes 2018), Henric Herce se alzó ganador del Premi Imperdible –premio que, por votación popular, entrega desde 2017 la asociación cultural El Biblionauta– en 2019. Quienes nos lo perdimos por no leer en catalán tenemos ahora la oportunidad de disfrutarlo, gracias a Red Key Books. Si te gusta la ciencia ficción, es una oportunidad que no debes dejar pasar. Te cuento por qué.

Estación Niebla es una novela de ciencia ficción que bebe de la mejor tradición cyberpunk. Incorpora todos los elementos típicos de este subgénero como aderezo a una trama de investigación policial que se convierte en algo mucho más complicado, con implicaciones a nivel global y capaces de cambiar el futuro de la humanidad.

La historia se desarrolla casi en su totalidad en la estación orbital que da título a la novela, en un futuro en el que una interminable guerra fratricida ha tenido como consecuencia el auge de un estado totalitario que controla la agresividad y los impulsos violentos de los ciudadanos mediante una droga de consumo obligatorio, el relev. Además, este estado aplasta de forma fulminante el mínimo atisbo de disidencia, con la excusa de evitar el terrorismo antes de que aparezca.

El protagonista, Max, es un agente de Higiene Ciudadana, un policía encargado de asegurarse de que nadie se salta su dosis de relev y garantizar así la tranquilidad y seguridad ciudadana. Además, es un ex-combatiente con un tormentoso pasado, algunas particularidades en su cuerpo –que es mejor que no comente– y adicto a su visor RMM-BRANCE, con el que puede revivir recuerdos de un pasado más feliz. Es un personaje complejo y carismático, al que le llega su contraparte en forma de una nueva compañera más joven, y ya tenemos la pareja de policía curtido-policía joven.

Como decía, Estación Niebla tiene todos los elementos típicos de la ambientación cyberpunk: escenarios cerrados y un tanto claustrofóbicos, ciudades ultratecnológicas y atestadas, populosos puestos callejeros de comida rápida, ocio de masas en forma de realities en Marte, implantes y dispositivos de control, androides… Pero también tiene esa trama policial típica del technothriller y algún detalle de ciencia ficción bélica –¡hay mechas!–, propiciado por el pasado militar de su protagonista, y algo más que dejo para el final de la reseña.

Enric Herce
Enric Herce

Una de las características más destacables de la novela –al menos, a mí me ha hecho disfrutar– es la forma en que Herce va introduciendo al lector en el mundo de la Estación Niebla y en el pasado de Max. Es cierto que el escenario creado resulta bastante complejo, pero la novela no es excesivamente larga, lo cual exige economía de descripciones y explicaciones pero no exime de aportar la información necesaria. Este aparente conflicto lo resuelve el autor a través de flashbacks al pasado del protagonista, transcripciones de los noticiarios que escuchan o ven los personajes y alguna digresión de un narrador no identificado que, en una película, podría ser algo así como una «voz en off».

Podría pensarse que estas intromisiones del «narrador en off» interrumpen o dificultan la lectura, pero creo que no es el caso. Están perfectamente enlazadas con los acontecimientos de la trama principal, su lectura resulta particularmente interesante y la maquetación permite distinguirlas inmediatamente. No ocurre lo mismo con los pasajes que narran el pasado de Max, ya sean las usuales escenas retrospectivas o los recuerdos revividos gracias a su dispositivo de memoria virtual. Ahí el lector tiene que poner de su parte, sobre todo al principio, para ir componiendo el puzle completo con la información que el autor le va suministrando a gotitas. Pero este tipo de información fragmentada, en mi caso, es un punto a favor de la novela. Me encanta resolver esos puzles, sobre todo si al final no faltan piezas y tenemos la imagen completa, como en este caso.

Como también decía al principio, lo que comienza siendo un simple caso policial de tráfico de estupefacientes –del tipo no obligatorio ni autorizado– se va complicando cuando nuestros protagonistas descubren oscuros intereses de grandes corporaciones, que implican a los dispositivos de memoria, los androides y la nueva droga. Y esa trama hace girar la novela hacia otro tema central de la ciencia ficción: el transhumanismo.

Una novela con tantos elementos clásicos, no solo del cyberpunk sino también de otros subgéneros de la ciencia ficción, inevitablemente despierta en esta lectora habitual ecos de obras leídas con anterioridad. La referencia al soma de Huxley resulta obligada: aunque los efectos del relev no sean exactamente iguales, el objetivo último de mantener a la población mansa y obediente viene a ser el mismo.

Pero hay otro libro, de uno de mis autores favoritos, que me revoloteaba constantemente por la cabeza mientras leía Estación Niebla: Carbono modificado (Gigamesh, 2016), de Richard Morgan. El adusto detective protagonista con pasado militar puede recordar un poco a Takeshi Kovacs –aunque ambos personajes son muy distintos–, y la trama de las megacorporaciones me hizo pensar en Estación Niebla como una precuela verosímil de la novela de Morgan en la que los dispositivos de memoria y los androides podrían ser etapas tempranas en la investigación de las pilas corticales y las fundas. Sé que, en realidad, los tiros no van por ahí; que las megacoporaciones, los androides y el almacenamiento de la memoria son ideas muy utilizadas en muchas obras de ciencia ficción, y que el final de Estación Niebla no conecta en absoluto con Carbono modificado. Pero la mente a veces es caótica e imprevisible al relacionar ideas, y esto es lo que ha hecho mi cabecita friki.

En resumen, Estación Niebla es una novela que reúne una trama entretenida y adictiva con todos los elementos clásicos de varios subgéneros de la ciencia ficción y un protagonista carismático, complejo y capaz de suscitar diversas emociones en los lectores. Para leer de una sentada.

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