Fantasmas de verde jade: mediums detectives

  • Título: Fantasmas de verde jade (La Sociedad de Lundenwich I)
  • Autor: Víctor Sellés
  • Editorial: Obscura
  • Formato: rústica con solapas
  • Nº de páginas: 331
  • Disponible en e-book: sí
  • Ilustración de cubierta e interiores: Eduard Coll
  • Fecha de publicación: octubre de 2022
  • Fecha de lectura: noviembre de 2022
  • Enlace de compra: web de la editorial

Fantasmas de verde jade es la primera entrega de una saga juvenil ambientada en la imaginaria ciudad de Lundenwich. Vaya por delante que no soy especialmente aficionada a este género, pero aún así he disfrutado muchísimo con la historia de Tom y su encuentro con la Sociedad, además de todas las reminiscencias clásicas que me ha traído su lectura.

Pero vayamos por orden. Lo primero es contarte de qué va la novela. Narra la historia de Tom, educado por su padre en el pensamiento científico y que, al quedarse huérfano y sin recursos, da con sus huesos en el Panópticon –una cárcel para delincuentes juveniles–. De allí solo se sale cumpliendo la pena, con los pies por delante o, en el mejor de los casos, siendo contratado como aprendiz por algún alma caritativa –o deseosa de adquirir mano de obra barata–. A Tom le sonríe la suerte cuando la propietaria de una empresa de pompas fúnebres decide llevárselo a trabajar con ella. Al mismo tiempo, se están cometiendo una serie de extraños crímenes en la ciudad: los cuerpos aparecen desangrados, por lo que la prensa amarilla comienza a hablar del «vampiro de Maleperduis».

Pero Fantasmas de verde jade no es una novela de vampiros. Lo que encuentra Tom en la mansión en la que se ubica la funeraria es mucho más que una empresa dedicada a enterramientos y sepelios. En realidad, la señora Wickfield dirige una Sociedad de jóvenes con talentos esotéricos, ubicada en una casa poblada de fantasmas.

En Fantasmas de verde jade se dan la mano las historias más clásicas de fantasmas –con apariciones, sesiones espiritistas y toda la parafernalia–, una trama de corte detectivesco, toques de alquimia y pseudociencia y una ambientación de lo más evocadora. Y, aunque el caso del vampiro de Malperduis queda totalmente esclarecido y cerrado al final del libro, hay también suficientes indicios para adivinar hacia dónde irán las siguientes entregas –apuesto por una trama de conspiraciones y guerras clandestinas entre facciones mágicas y/o científicas.

¿Y por qué me ha gustado tanto el libro, aunque no sea muy aficionada a la literatura juvenil? Hay varias razones. Una, sin duda, es la forma de escribir de Víctor Sellés, que convierte en un auténtico placer la lectura de cualquiera de sus textos. En este libro puede que utilice un lenguaje más sencillo y directo que en otros que he reseñado, lo cual agiliza enormemente la lectura, pero a mí me parece que sigue demostrando un gran dominio de la lengua y de la utilización de las imágenes.

La luna, a punto de esconderse, brillaba atrapada en una telaraña de mástiles y jarcias de barco. El alba descollaba tras los edificios, pero las farolas de gas aún proyectaban su luz polvorienta sobre las aceras. La noche moría despacio.

Fantasmas de verde jade, pág. 13

Otro de los puntos fuertes del libro es su personaje protagonista. Tom es hijo de un prestigioso aunque poco acaudalado naturalista. Desde pequeño y hasta la muerte de su padre ha mamado la curiosidad y el método científicos. Sus extraordinarias dotes para la observación y la deducción lo convierten en un pequeño Sherlock Holmes. Por supuesto, su mente racional se rebela contra toda manifestación sobrenatural. Sin embargo, pronto ha de rendirse a la evidencia, porque él mismo experimentará en primera persona muchos de estos fenómenos. Incluso demostrará tener dotes como medium. No podrás evitar empatizar con este huérfano que busca su lugar en el mundo y que lucha por hacer lo correcto en cada ocasión, sin pensar en los peligros que pueda correr.

Víctor Sellés
Víctor Sellés

El resto de personajes del libro no resultan menos interesantes. En primer lugar, la propia señora Wickfield se presenta como una protectora de los jóvenes con talento, un poco al modo del profesor Xavier, aunque cuando estos se convierten en adultos y pierden sus poderes, deben abandonar la Sociedad sin remisión. Por otro lado, parece no ser totalmente sincera con sus pupilos y ocultarles información acerca del pasado y de los orígenes de la Sociedad. Las dudas están servidas en bandeja.

La partenaire de Tom en esta historia es Ligeia Leighton, pupila aventajada de la señora Wickfield y propietaria de la mansión que alberga tanto a la Sociedad como a la funeraria, por herencia familiar. Resuelta, resolutiva, eficiente y leal, resulta también un tanto distante en ocasiones, en su afán de perfección y autosuficiencia. Su talento especial consiste en ver el futuro o, mejor dicho, todos los futuros posibles, como una especie de Dr. Extraño en Infinity war, información que a veces utilizará de forma sorprendente.

Por último, el poder evocador de la propia ciudad de Lundenwich es otro de los grandes atractivos de esta novela. En la sinopsis de contraportada se habla de «un Londres victoriano» aunque yo creo que la inspiración podríamos encontrarla en cualquier gran capital atravesada por un río: Londres, París o incluso Ankh Morpork, a juzgar por lo sucias que corren las aguas y la magia que campa a sus anchas. Pero sí es cierto que hay referencias muy londinenses, como Spring Heeled Jack y sus folletinescas aventuras, o las dickensianas pandillas de rateros.

Cualquier lector avezado podrá encontrar unas cuantas referencias reconocibles en Fantasmas de verde jade. He mencionado algunas, las más evidentes para mí, como Sherlock Holmes o Dickens, pero estoy segura de que hay muchas más, porque me consta que Sellés es un lector empedernido y amante de homenajear sus libros favoritos, como demostró en Lengua de pájaros. Pero a veces los lectores tenemos también nuestras propias referencias y encontramos las relaciones más peregrinas. Por ejemplo, este párrafo me hizo tener un «momentazo» Expediente X:

Berenice también tenía los ojos abiertos. Tom vio el ectoplasma fluyendo por sus córneas como un chorro de tinta en el agua.

Fantasmas de verde jade, pág. 223

En cuanto a la edición, tan cuidada como todas las de Obscura Editorial, contiene atractivos extras, como las ilustraciones interiores, obra de Eduard Coll, el mapa de Lundenwich, elaborado por Pablo Uría Díez, y la breve nota final del autor sobre el origen de esta novela. Aunque me pareció francamente interesante, no lo revelaré aquí. Pero tampoco puedo resistir la tentación de colocar este enlace –antes de que pinches, te advierto que puede haber un poquito de spoiler.

En resumen, una novela dirigida al público juvenil pero perfectamente disfrutable por adultos sesudos, con una trama entretenida y original, que mezcla la investigación de extraños asesinatos con historias de fantasmas y chicos con capacidades sobrenaturales. Aunque esto es suficiente para hacer de Fantasmas de verde jade una novela muy recomendable, el amplio bagaje cultural del autor, que se refleja en todo el libro, sin duda le añade interés y motivos de disfrute.

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