
- Título: Gutterson
- Autor: Francisco Guerrero
- Editorial: Apache Libros
- Formato: rústica con solapas
- Nº de páginas: 165
- Diseño e ilustración de portada: Apache Libros
- Fecha de publicación: noviembre 2019
- Fecha de lectura: enero 2020
- Enlace de compra: web de la editorial
Gutterson, de Francisco Guerrero, fue la obra ganadora del último Premio UPC, fallado en 2018 –la siguiente convocatoria está abierta hasta el 31 de mayo, y se fallará antes de que termine este 2020.
Según la nota de prensa que acompañó al fallo del jurado:
Gutterson es la narración, en primera persona, de la jornada laboral de un agente de policía, ambientada en una ciudad futura en estado de excepción, “una metrópolis lastrada por la obsolescencia tecnológica, el cambio climático y el recorte de libertades”, en palabras del autor. “En esencia, es la historia de una crisis personal y profesional que en buena parte tiene su origen en la aplicación fallida de algoritmos al ámbito de los recursos humanos”, todo ello en el contexto de un futuro distópico, marcado por la colonización de otros planetas y la generalización de la inteligencia artificial.
Noticia en Origen Cuántico
Si os soy sincera, a mi eso de acompañar a un agente de policía en su jornada laboral no me llamaba mucho, la verdad. Y lo de «aplicación fallida de algoritmos al ámbito de los recursos humanos» me sonaba también bastante hermético. Pero ganó el premio UPC, y había que darle la oportunidad.
Y no me arrepiento en absoluto, Gutterson me ha hecho pasar un buen rato –se lee en un par de horas–, mostrándome un mundo distópico en el que se cometen auténticas tropelías a diario con el beneplácito de las autoridades competentes, pero arrancándome sonrisas y alguna que otra carcajada, por la forma de presentarlo. Vamos al lío.
El contexto
La historia se desarrolla en MedCity, una ciudad hostil y devastada, en la que se adivina una Barcelona postapocalítica. La contaminación y el agotamiento de los recursos han obligado a la humanidad a lanzarse a la colonización de otros planetas, para uso y disfrute de una minoría privilegiada. Los más desfavorecidos continúan habitando la Tierra y solo pueden aspirar a viajar a Titania de forma temporal, como mano de obra barata para la terraformacíón y con una corta vida útil, debido a las extremas condiciones del exterior del planeta.

Solo hay otras dos formas de escapar de un planeta que parece estar condenado y en el que todo se va deteriorando cada vez más a causa del abandono: concebir un bebé genéticamente puro –la pureza genética es una de las preocupaciones principales del consorcio gobernante– o trabajar sin descanso al servicio del gobierno, para conseguir Puntos de Buen Ciudadano en cantidad suficiente.
El protagonista
La voz narradora, en primera persona, es la de Gutterson, un policía de UrbanPax, la empresa privada encargada de mantener tranquilas las calles de MedCity. Es un antihéroe carismático, que hace gala de un cierto estoicismo desencantado y un tanto cínico, cuyas reflexiones y comentarios sobre lo que le ocurre harán sonreírse al más pintado, aunque quizás el motivo de esa sonrisa no sea algo precisamente alegre.
Como todos en MedCity, su único afán es acumular los suficientes puntos para poder abandonar la Tierra en busca de un futuro mejor. Sin embargo, no lo tendrá fácil: la mala suerte y un sistema asumido como rutina pero intrínsecamente perverso juegan en su contra.
Aunque al principio de la novela Gutterson parece resignado a su suerte y completamente sometido al sistema, iremos viendo cómo se le agota la paciencia y empieza a cometer pequeñas infracciones, como muestra de rebeldía, que cada vez se irán haciendo más significativas.
La vida de un policía de UrbanPax parece bastante rutinaria y sus acciones están totalmente controladas a través de un sistema inhumano y automatizado, compuesto por IAs capaces de asignar tareas y recursos, y también de juzgar y sentenciar en tiempo real. Una de las escenas más impactantes, al principio de la novela, relata la intervención de Gutterson en un bar para reducir a un individuo potencialmente peligroso. No me resisto a citarla, como ejemplo del tono general del libro.
El algoritmo judicial tampoco tiene demasiadas ganas de trabajar, por lo visto. Casi al instante, me notifica con letras verdes el dictamen definitivo.
Fractura con desplazamiento de extremidad superior derecha.
–Ejecución en marcha –anuncio mientras le pongo la mordaza al condenado.
(…)
–Tiene cuarenta y ocho horas para para recurrir la sentencia que acabo de ejecutar –informo a Armando, que parece haber perdido el conocimiento
Francisco Guerrero, Gutterson, pags. 37 y 38
Quizás ahora las palabras del autor «aplicación fallida de algoritmos al ámbito de los recursos humanos» nos resulten un poco menos opacas.

La trama
Tras una primera parte en la que Guerrero nos sitúa en ese contexto distópico y deshumanizado y consigue que la socarronería de su protagonista seduzca totalmente al lector –al menos a esta lectora– la novela va girando hacia una trama detectivesca. A Gutterson se le encomienda una misión para la cual no parecen adecuados los métodos automatizados de rutina y en la que deberá utilizar su instinto policial, a la manera «tradicional». Deberá sumergirse en los bajos fondos de MedCity, donde trabará relación con personajes pintorescos y arriesgará su vida para, supuestamente, salvar a una joven titanita de las redes de la trata de blancas.
A partir de este momento, se nos narran los detalles de la investigación policial, hilvanados con las reflexiones del protagonista, que no tienen desperdicio. A medida que Gutterson va percatándose de las implicaciones de sus descubrimientos, se embarca también en su propio viaje personal, con un claro momento de crisis y cambio de dirección, hasta llevarnos a un desenlace inesperadamente épico y un tanto amargo.
¿Por qué me ha gustado?
Con Gutterson, Francisco Guerrero nos lleva a un mundo distópico con unos rasgos generales bastante canónicos, pero al que añade detalles llamativos y que resultan novedosos. Opresores oprimidos, en forma de policía privada, cuyos agentes están sometidos a la misma precariedad que el resto de trabajadores; IAs omnipresentes que controlan y deciden sobre cuestiones de ámbito insospechado; un mundo automatizado que cada vez funciona peor debido a la obsolescencia y la falta de mantenimiento; un planeta Tierra abandonado a su suerte y explotado en aras de la colonización del espacio…
Pero lo que hace de Gutterson un libro especial es, sin duda, la voz de su protagonista. Guerrero hace gala de un sentido del humor ácido y crítico, capaz de presentarnos las situaciones más crueles arrancándonos al mismo tiempo una sonrisa. En este sentido me recuerda, aunque el estilo sea diferente, a una de mis escritoras favoritas, Nieves Mories.
La historia que cuenta resulta interesante y entretenida, muy del gusto de los lectores habituales de distopías, entre los que me incluyo. Pero más que la historia en sí, lo que me ha enamorado de Gutterson es la forma en que está contada. Además de los incisivos comentarios del protagonista, quiero destacar los diálogos. Son ágiles y divertidos, y algunos rozan el absurdo, por el contraste entre lo que se dice, el tono en que se dice, y lo que realmente se está sugiriendo. En algunos momentos me han recordado el humor disparatado de los Hermanos Marx.
Pues a la lista de novelitas cortas para meter entre lecturas este año, que me esta viniendo como anillo al dedo con el poco tiempo y apetito de novelas que estoy teniendo. Un abrazote 🙂