Teseo en llamas: terror y resonancias literarias

  • Título: Teseo en llamas
  • Autora: Beatriz Alcaná
  • Editorial: Ediciones del Viento
  • Formato: rústica con solapas
  • Disponible en e-book: no
  • Imagen de cubierta: Calle Mayor, Madrid, Spain (1954-1956), Cas Oorthuys
  • Nº de páginas: 268
  • Fecha de publicación: diciembre de 2023
  • Fecha de lectura: marzo de 2024
  • Enlace de compra: web de la editorial

Hoy vengo a hablarte de una novela de terror de autora española que, desde ya, anuncio que es una de mis favoritas de cara a los Premios Ignotus de este año. Se trata de Teseo en llamas, de Beatriz Alcaná, galardonada con el XXVII Premio de Novela Ciudad de Salamanca. De la misma autora ya tuve la ocasión de leer y reseñar su novela corta Echidna, también galardonada, en su caso con el V Premio de Novela Corta de Terror e Historias Fantásticas de la Casa de la Cultura «Marta Portal» de Nava (Asturias). Y es que el buen hacer de esta autora lo merece.

Empecé a leer Teseo en llamas como me gusta hacerlo siempre que puedo: «a ciegas», sin haber echado un vistazo previo ni siquiera a la sinopsis, así que no tenía ni idea de lo que me iba a encontrar, y me llevé una agradable sorpresa. No solo la ambientación, sino también el tono de la narración, me evocaron enseguida libros leídos hace muchos años, de los que hablaré más adelante. Pero lo que quiero destacar ahora es que, cuando llevaba unas cincuenta o sesenta páginas del libro, me descubrí totalmente enganchada por la historia de su protagonista, aunque en realidad aún no había «pasado nada». Atribuyo este efecto tanto a la prosa exquisitamente cuidada de Beatriz como a su inteligente forma de ir salpicando trocitos de información, tanto retrospectiva, sobre las circunstancias que llevan a la narradora hasta Madrid en plena postguerra, como anticipadora de los hechos que nos revelará más adelante.

La novela se abre con una necrológica de 1951 –con una maquetación y atención al detalle que suponen una inmejorable primera impresión sobre Ediciones del Viento– y continúa con la narración en primera persona de una chica de pueblo que llega a Madrid, con sus escasas posesiones en una desvencijada maleta, donde la espera un familiar que la acogerá en su casa y le proporcionará un empleo. La mayor parte de la novela está narrada en primera persona por la propia Berta, quien huye de unos padres asfixiantemente tradicionales –y, por lo que cuenta, maltratadores– para trabajar en la farmacia de su tío Pedro, viudo de una hermana de su madre y casado en segundas nupcias cuando comienza la historia. Pero a lo largo del libro se intercalan algunos capítulos, en tercera persona, que presentan hechos relevantes del pasado cuyos protagonistas son otros –el padre de Pedro, su primera esposa, su hijo, su actual mujer…–. De esta forma, Beatriz Alcaná te va mostrando trocitos de la historia y tú vas componiendo el puzzle, pero no serás capaz de ver el cuadro completo hasta el mismísimo final de la novela.

Además de trabajar en la farmacia, Berta vivirá en la casa de Pedro y su mujer, donde el ambiente está bastante enrarecido. Enseguida se da cuenta de que el matrimonio no está muy bien avenido, aunque mantenga las apariencias de cara al exterior. Además, poco a poco irá descubriendo que hay más secretos, muchos de los cuales giran en torno al desaparecido primo de Berta, Román. Seguir paso a paso los descubrimientos de la protagonista, contando además con la información adicional de los capítulos escritos en tercera persona, hace que Teseo en llamas sea una adictiva novela de misterio… hasta que llega el terror.

Beatriz Alcaná

Además de la trama casi detectivesca, que sigue las elucubraciones y descubrimientos de Berta sobre su tío y su primo, una lectura más profunda de Teseo en llamas revela otros temas que la hacen aún más interesante. El primero es el fiel retrato de la sociedad española de postguerra o, al menos, de una parte de ella, la que se consideraba «gente de bien», a la que pertenecen Pedro y sus allegados. La sombra de la represión política está apenas sugerida, pero la educación autoritaria y opresiva para las mujeres están muy presentes. Todo se nos presenta a través de los ojos de Berta y es curiosa la forma en que, aun aceptando el papel que le toca desempeñar como mujer en un mundo totalmente patriarcal –no le queda otra–, da muestras de una incipiente rebeldía. Además de una curiosidad incontrolable, claro, o no habría historia que contar.

Por otro lado, parte de los hechos del pasado familiar tienen lugar en la isla de Cuba, durante la guerra de los diez años (1968-78). La descripción de las atrocidades de la guerra es descarnada y la crítica hacia la práctica esclavista y el cruel colonialismo es también bastante clara. Por último, hay también un tema que podría llegar a ser romántico si no terminara siendo terrorífico, y es el del amor prohibido.

Las referencias

Además de ser intrigante y adictiva, la novela está plagada de referencias literarias. La más evidente es la que aparece en el título. De hecho, muchos de los nombres de los personajes –Egeo, Hipólita, Fedra– son bastante explícitos, aunque no todos.

Pero la lectura de Teseo en llamas ha evocado en mi cabeza otros ecos muy dispares. Por ejemplo, los hechos que ocurren en Cuba durante la Guerra de los Diez Años, con su crítica del colonialismo y la apropiación por parte del hombre blanco de elementos oscuros de la cultura autóctona me hicieron recordar El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad.

Volviendo a Madrid y a 1951 –año en el que ocurren todos los hechos–, la investigación de Berta en la casa de su tío Pedro y sus desagradables descubrimientos tienen cierto toque de Barbazul. Pero la referencia para mí más clara y constante a lo largo de toda la novela, que mencionaba al principio de esta reseña, es la de mis lecturas de algunas autoras españolas contemporáneas pero ya clásicas, como Carmen Laforet, Josefina Aldecoa, Carmen Martín-Gaite, Ana María Matute…

El tono de la narración y el ambiente conseguido en Teseo en llamas tienen para mí un aire indudable a todas esas historias de mujeres en la postguerra española, marcada por la represión política en general y por la de la mujer en particular. Y también refleja distintas realidades a través de sus personajes femeninos: el entrañable conformismo con la tradición de Eustaquia, la rebeldía incipiente de Berta, la valentía de Hipólita y la infelicidad trágica de Fedra.

En resumen, Teseo en llamas es una novela en la que el terror se presenta al principio de una forma muy sutil, casi meramente sugerida, pero cuya trama y atmósfera resultan adictivas y te mantienen atrapada hasta la revelación final del terrible misterio donde, ya sí, el horror se desata sin contemplaciones. Además del elemento sobrenatural y el terror, la autora consigue retratar perfectamente el ambiente opresivo y misógino de la postguerra además de la atmósfera enrarecida de una casa donde se guardan terribles secretos, entre los cuales quizás ese elemento fantástico no sea el peor.

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