coser una vorágine

Coser una vorágine, de Regina Salcedo
  • Título: Coser una vorágine
  • Autora: Regina Salcedo Irurzun
  • Editorial: Apache
  • Formato: rústica con solapas
  • Nº de páginas: 348
  • Ilustración de cubierta: Marina Vidal
  • Fecha de publicación:
  • Fecha de lectura: junio 2020
  • Enlace de compra: web de la editorial

Vaya por delante que no soy consumidora habitual de literatura juvenil. Exceptuando algunas sagas extranjeras que fueron auténticos best sellers en su momento, apenas he leído nada de este género. Así que quizás no soy el público objetivo de este libro, lo cual no me ha impedido leerlo en apenas un par de días y aprender a disfrutarlo a medida que iba entrando más en la historia.

Coser una vorágine nos cuenta cómo Ima, una mujer de mediana edad de un futuro tecnológicamente muy avanzado, se ve transportada accidentalmente a Geb, un mundo muy parecido al nuestro, pero que ha seguido una evolución diferente. Allí la tecnología tiene un papel un tanto secundario: la sociedad es de corte medieval y la magia y ciertas logias tienen un papel muy relevante en ella.

El primer objetivo de Ima es regresar a su mundo, con su marido y su hijo adolescente. Pero, por supuesto, se verá envuelta en las intrigas de Geb y vivirá mil y una aventuras, acompañada por peculiares personajes con extrañas Habilidades. Al parecer, un suceso ocurrido en un lejano pasado, conocido como La Colisión, fue el detonante de una serie de cambios que, a lo largo de 500 años, han ido dando forma a la sociedad del planeta. Pero el origen de ese suceso y muchas de sus consecuencias siguen siendo una incógnita para sus habitantes.

El mundo contruido por Regina Salcedo podría considerarse a caballo entre la ciencia ficción y la fantasía, aunque probablemente predomine esta última. Si bien la protagonista proviene del futuro de nuestro mundo, con ciertos avances tecnológicos que aprovechará en Geb, las Habilidades innatas como la Intuición, la Telequinesia o la Premonición pertenecen más al entorno fantástico que al científico.

En realidad, la autora no ha construido un mundo, sino dos: por un lado, el futuro tecnológico del que procede Ima y, por otro, Geb, el mundo fantástico al que va a parar. La presentación de ambos mundos ocupa las primeras 20 o 30 páginas del libro, y creo que es el principal punto débil de esta novela. Para mi gusto, esas primeras páginas resultan demasiado explicativas. No me refiero a que haya extensas descripciones de cómo funcionan ambos mundos, más bien al contrario: creo que, buscando la brevedad y la agilidad en la narración, las explicaciones resultan demasiado evidentes. Cuando ocurre esto, que salta a la vista que un autor o autora me está explicando algo, el efecto suele ser que me falla la suspensión de la incredulidad y empiezo a cuestionarlo todo, como si pudiera o quisiera rebatirlo, y eso me estropea un poco la experiencia.

Regina Salcedo
Regina Salcedo

Lo bueno es que, una vez pasadas esas primeras páginas, las incógnitas y las aventuras a las que se enfrentan los personajes terminan por atrapar. Al principio se nos explican muchas cosas, pero hay muchas otras que permanecen como misterios y preguntas sin resolver, porque ni siquiera los personajes tienen las respuestas. ¿Qué es la Gran Mäquina y para qué sirve? ¿Por qué están sus piezas desperdigadas por el mundo y camufladas como objetos cotidianos y anodinos? ¿Qué les ocurre a los Enlaces, los telépatas usados en vez de los inexistentes teléfonos móviles?

Si hay algo que planea a lo largo de todo el libro es la contraposición entre azar y destino. Desde el momento en que llega a Geb, Ima recibe la noticia de que existe una profecía según la cual ella tiene en su mano el destino del mundo. Pero también aparece una orden de monjas serendipistas, que se dejan gobernar por el azar en su viajes iniciáticos, limitándose a rodar como bolas por el mundo. Quizás azar y destino no sean conceptos tan incompatibles. Que nadie se sorprenda si las aventuras de los protagonistas están plagadas de casualidades, felices o no. Todo forma parte del plan de la autora.

Respecto a los personajes, paradójicamente la protagonista, Ima, me ha resultado la más anodina. Son mucho más interesantes los habitantes de Geb: Makh y Bibek, compañeros de aventuras, amigos de los que se quieren pero no paran de lanzarse puyas mutuamente; la anciana Zebina, una adivinadora con un papel secundario pero memorable; y, por encima de todos, he disfrutado con P´tuv, el pícaro huérfano con un lenguaje de lo más soez y que, a la que te descuidas, te lanza una maldición «que te cagas».

La editorial lo ha clasificado como «un libro de fantasía oscura destinado a un público young-adult». No sé si estoy del todo de acuerdo con esta etiqueta –partiendo de la base de que es solo eso, una etiqueta–. El tipo de fantasía no es de las más oscuras que he visto, al contrario, me resulta bastante amable. El contenido sí que es apropiado para adolescentes, aunque la protagonista no sea precisamente una jovencita.

Pero, sobre todo, lo que creo que debe cumplir cualquier libro destinado al público más joven es hacerle disfrutar con la lectura y así formar nuevos lectores. Y creo que esto está garantizado: la agilidad de la narración, las aventuras, los percances y los rescates in extremis que se suceden sin solución de continuidad, unidos a los enigmas e interrogantes que no se resuelven hasta el final de la novela serán capaces de enganchar a cualquier adolescente, si han sido capaces de engancharme a mí.

5 comentarios

      1. Espero que tengas más suerte que yo. El mío tiene 16 y aún no se ha leído nada mío (ni de nadie). Como suele decirse: en casa del herrero… Está esperando a que saquen una versión para la play 😉

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