
- Título: Usted está aquí. Ellos también
- Autor: VV.AA.
- Editorial: El Transbordador
- Formato: rústica con solapas
- Nº de páginas: 235
- Ilustración de cubierta: Edu C. M.
- Fecha de publicación: julio de 2021
- Fecha de lectura: septiembre de 2021
- Enlace de compra: web de la editorial
Hoy te traigo esta antología de humor con extraterrestres que me compré en el último Festival Celsius. Hace poco compartía por aquí las reflexiones de Abel Amutxategui y César Narganes sobre el humor fantástico, ese «gueto dentro de un suburbio en la charca de un ogro». Pues resulta que es un gueto-suburbio-charca en el que resulta muy agradable zambullirse y, como muestra, un botón. O cinco botones, que serían los cinco cuentos que incluye el libro, y una cinta de seda para coserlos a todos, como hace Ferrán Varela en sus introducciones a cada relato.
¿Qué te vas a encontrar en el libro? Lo primero, extraterrestres de todo tipo: gelatinosos son los de Sergi Álvarez y los de Abel Amutxategui, solo que los primeros conducen bañeras y los segundos tienen tentáculos y se comunican mediante olores; Bandinnelli los imagina como bolitas peludas que usan emoticonos para hacerse entender –qué adorables–; para Sergi Escolano los extraterrestres somos los humanos, y somos del tipo cuñao; los de Pablo García Maeso no llegamos a verlos, pero están muy presentes –de hecho, omnipresentes– en el cuento.
La temática de los cuentos también es de lo más variada. Diría que La mujer que fue Niau-Niau, de Sergi Álvarez, contiene una crítica del colonialismo capitalista. En clave de parodia, por supuesto, pero igualmente demoledora. Misión amarte, de Abel Amutxategui, con todo lo pestilentes que pueden llegar a ser sus alienígenas, es un cuento amable acerca del amor… universal. Bandinnelli, en Contacto con tacto, reflexiona sobre la mejor manera de comunicar una información importante para asegurarse de que se entienda correctamente –sus ingenuos extraterrestres no contaban con lo cerriles que podemos ser los humanos–; Sergi Escolano nos habla de resiliencia y estoicismo frente al poder destructivo del cuñadismo en No hay nada más lindo que la familia unida… en el espacio profundo; por último, El marrón que vino del cielo, de Pablo García Maeso nos recuerda que tengamos cuidado con lo que deseamos, no vaya a ser que se haga realidad cuando menos lo esperamos.
Pero lo que más he disfrutado al leer estas cinco muestras de diferentes autores ha sido constatar lo variado que puede ser el humor: en tono, en recursos, en referencias… Cada autor tiene su propio estilo, no solo de escritura, que también, sino de hacer gracia. Antes de que se publicara esta antología ya había leído algo de casi todos los autores que participan. No sé si sería capaz de dar con los rasgos distintivos de cada uno, porque mi memoria y mi capacidad de análisis no dan para tanto, pero creo que sí he podido identificar alguno de los más evidentes.
Por ejemplo, hace solo unos meses que leí Rojo y en botella (Pez de plata, 2020), de Sergi Escolano y, tanto en esa novela como en el relato que hoy nos ocupa, el autor utiliza tópicos que todos tenemos profundamente arraigados en el subconsciente. Son tan típicos que resultan universales, al menos para el lector español y, si uno se para a pensar fríamente, lo único que hace Escolano es sacarlos de su contexto e insertarlos en historias de vampiros o de viajes interestelares, pero con tanto acierto que el resultado es desternillante. Aunque nos esté describiendo situaciones de lo más cotidiano. A mí me parece sencillamente genial.

El otro autor al que he leído más asiduamente es Abel Amutxategui. Sus historias de humor siempre tienen, además de mucha gracia, un punto tierno: son de las que te dejan con una sonrisa de felicidad al terminarlas. Incluso su única incursión en la distopía por el momento –hasta donde yo sé–, en el fondo, puede leerse como una historia de amor –trágico y terrible, pero amor al fin y al cabo; me refiero a Rosa de Navidad, publicado en El viento soñador y otros relatos (Sportula, 2018), antología editada por Mariano Villarreal–. Sin embargo, donde verdaderamente se regodea con observaciones hilarantes es en las notas a pie de página. Son algo así como apostillas al chiste o como esas observaciones con retranca del colega gracioso. Aunque en Su muerte, gracias (reeditada este mismo año por El Transbordador), al tratarse de una novela, me llegaron a parecer un poco excesivas en número, en el relato incluido en Usted está aquí… aparecen en su justo punto de sazón.
Antes hablaba de las referencias. Si Escolano utilizaba tópicos prácticamente universales, las referencias explícitas que utiliza Bandinnelli en Contacto con tacto están solo medio grado por debajo en cuanto a generalidad: Matías Prats, Eduardo Mendoza, Carlos Boyero, el guasap… Hasta Chiquito de la Calzada asoma por aquí. ¿Y cómo casa todo esto con alienígenas tipo bolita de peluche? Tendrás que leerlo para averiguarlo, pero ya te adelanto que están todas traídas de forma muy ingeniosa y, por supuesto, con gracia.
Hace ya un par de años leí McGuffin contra el defecador del hoyo ocho (Orcini Press, 2016), de Sergi Álvarez y desde entonces he asociado a este autor con un humor tipo inglés, solo porque la pareja protagonista me recordaba un poco a Los Roper –si no tienes ni idea de lo que hablo es porque eres insultantemente joven–. Y no me bajo de la burra: aunque puede que el humor en La mujer que fue Niau NIau no tenga ese punto british, la historia en sí –si la sacamos del planeta Krall, la traemos a la Tierra y obviamos las bañeras autopropulsadas– bien podría ser un episodio de Los vengadores –la serie de la BBC, no el cómic de Marvel–. ¿Sigues sin saber de lo que hablo? Insultante juventud…
Este libro ha sido mi primera aproximación lectora a Pablo García Maeso. Su cuento El marrón que vino del cielo es divertido y un poquito aterrador a la vez. No es que utilice el humor negro, nada de eso, pero la angustia de la protagonista que se enfrenta a una presencia desconocida y ubicua encuentra un contrapunto genial en el mensaje que el ente en cuestión intenta hacerle llegar. El relato es una constatación de que el humor también puede asustar –que el terror puede ser divertido ya lo sabíamos, gracias a autoras como Nieves Mories o Shirley Jackson.
No puedo cerrar la reseña sin mencionar los interludios de Ferrán Varela. Me he reído tanto con ellos como con los cuentos a los que sirven de introducción. ¿Sabes cuando de pronto un actor al que siempre has visto en papeles dramáticos rueda una película o acude a un programa de humor y resulta que de pronto es el alma de la fiesta? Pues algo parecido ocurre en Usted está aquí… Aparte de por los cuentos que lo componen, será recordado como el libro que nos descubrió la vis cómica de Ferrán Varela.
Y esto, aparte de un montón de risas, es lo que he sacado yo en claro de la lectura de estos cinco cuentos de fantástico humor. Si no te ha hecho gracia o no te apetece salir corriendo a comprarlo, no es que el libro sea malo, es que yo no sé contarlo.
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