El dulce líquido: ¿gótico urbano?

  • Título: El dulce líquido
  • Autora: Alicia Sánchez Martínez
  • Editorial: Inlimbo
  • Formato: rústica con solapas
  • Disponible en e-book: no
  • Nº de páginas: 157
  • Imagen de cubierta: Pilar Lozano (@plasticocruel)
  • Fecha de publicación: noviembre de 2021
  • Fecha de lectura: diciembre de 2021
  • Enlace de compra: web de la editorial

Hoy te traigo una colección de relatos de Alicia Sánchez, autora a la que conocí a través de su novela En carne extraña (Apache, 2018). Aquella obra no llegó a convencerme del todo, quizás por la temática o, como digo en mi comentario de Goodreads, por lo extremo de sus personajes, aunque creo que ambos aspectos están relacionados.


En carne extrañaEn carne extraña by Alicia Sánchez
My rating: 3 of 5 stars

Una novela muy dura, retorcida y no apta para todos los públicos (en otras épocas le habrían puesto cuatro rombos). El punto fuerte de la novela creo que son las descripciones y la ambientación: realmente el lector acaba sumergido en las escenas, como si estuviera allí. La verdad, hace que una se sienta un poco «voyeur». En cambio, no han terminado de convencerme tanto ni la trama ni los personajes. En algunos momentos las situaciones y las reacciones me han parecido poco creíbles. Pero es un libro interesante, eso sí: espíritus mojigatos y estómagos sensibles, absténganse.

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En cambio, El dulce líquido me ha conquistado desde el primer cuento hasta el último. En primer lugar, por la prosa cuidada al detalle y el tono de cada texto, que convierten la lectura en una experiencia inmersiva: desde el principio de cada relato me sentí «dentro» de la historia, cosa que no suele pasarme cuando leo textos cortos.

Siguiendo mi costumbre, no comentaré cada relato, sino que trataré de buscar la manera de hablaros de ellos al tiempo que desvarío un poco sobre el libro en general.

En primer lugar, debo señalar que, como se apunta en la sinopsis del libro, los seis relatos que lo componen tienen una clarísima inspiración en la literatura gótica, fácilmente identificable a través de la presencia de lugares encantados, apariciones, seres oscuros y malignos… Sin embargo, Alicia Sánchez crea lo que llamaré un «gótico moderno», no solo por situar sus narraciones en un escenario actual y generalmente urbano, sino también por incluir elementos que se antojan bastante ajenos al género: tramas policiacas, crimen organizado, toxicomanías –hablamos de heroína, no de láudano, que sí sería bastante clásico–, etc.

En segundo lugar, todas las historias tienen un carácter marcadamente femenino. Sus personajes más relevantes –que no siempre coinciden con el personaje protagonista, como en La viuda negra– son siempre mujeres. Está también muy presente el tema de la maternidad en sus múltiples facetas: desde el parto como experiencia traumática y aterradora –El fruto de mi vientre– hasta la adopción –Las encantadas–. También las relaciones materno-filiales: desde la madre indiferente –Piel de sapo– a la más tóxica y autoritaria –El fruto de mi vientre, El dulce líquido–, o la abnegada hasta resultar patética –Carne quemada–.

Relacionado con este último tema está también la cuestión de la toma de conciencia del propio poder o emponderamiento, término más de moda: en varios de los relatos vemos cómo mujeres alienadas de alguna forma se vuelven poderosas: es el caso de La viuda negra, o de la niña-mujer de Piel de sapo. Hasta cierto punto podría también aplicarse a Elisenda, personaje central de El fruto de mi vientre y a la innombrada protagonista de Las encantadas.

Aunque, como comentaba al principio, todos los relatos tienen su toque gótico, independientemente del escenario o ambiente elegido por la autora en cada caso, quizás el que yo calificaría como de un gótico más «puro» sería precisamente el último texto y el que da título al volumen, El dulce líquido: aun incluyendo temas de actualidad, como la salud mental o episodios vergonzosos de nuestra historia reciente, tiene un final digno de cualquier clásico de este género y es también uno de los que más me ha gustado de esta colección.

Hay otro relato con el que disfruté especialmente y no me resisto a comentarlo. Se trata de El fruto de mi vientre. Para que se entienda lo que voy a decir, debo confesar antes que desde siempre he tenido cierta predilección por las sagas familiares. Empecé de muy niña con Poldark y La Marca de los Mallen –las dos tuvieron adaptación en forma de serie de televisión, pero yo leía los libros–. Más tarde descubrí a la familia de Aureliano Buendía y a todas las mujeres con nombre sinónimo o aproximación de «blanca» de La casa de los espíritus. Y más tarde aún me empapé de la familia Mayfair –y no sigo con los Vorkosigan, porque esto no acabaría nunca.

Y en este cuento de Alicia Sánchez me he encontrado con una historia que abarca varias generaciones de la misma familia y en la que veo también una mezcla de géneros de lo más interesante: diría que se aprecia un cierto paralelismo con lo que se ha dado en llamar «realismo mágico» pero con un tono mucho más oscuro e inquietante –piensa en un Aureliano Buendía diabólico y te aproximarás bastante– y un giro final hacia el weird bastante sorprendente. Todos estos elementos contribuyen a que este cuento sea uno de mis preferidos de esta antología aunque, para ser sincera, hay una parte bastante importante del texto que, siendo interesante en sí misma, en mi opinión podría eliminarse sin afectar al resultado final.

En definitiva, El dulce líquido contiene seis cuentos que revisan el terror gótico aunando los elementos más clásicos de este género con un enfoque femenino y definitivamente más urbano y actual. Para amantes de lo extraño, lo inquietante y lo oscuro.

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