
- Título: Una ilusión disipada
- Autor: Mark Lawrence
- Editorial: Red Key Books
- Formato: rústica con solapas
- Disponible en e-book: próximamente
- Traducción: David Tejera Expósito
- Diseño de la cubierta: Andrés Sáez Martínez, «Marlock»
- Nº de páginas: 271
- Fecha de publicación: noviembre de 2022
- Fecha de lectura: diciembre de 2022
- Enlace de compra: web de la editorial
Ya tenía yo ganas de hablarte de esta tercera y última entrega de la saga Impossible Times, de Mark Lawrence. Sobre los dos volúmenes previos, Una palabra mortal (Red Key Books, 2022) y Un deseo limitado (Red Key Books, 2022), ya te hablé largo y tendido, aquí y aquí, respectivamente.
Antes de entrar en faena con Una ilusión disipada, por ponerte en antecedentes si no leíste los dos libros anteriores ni las reseñas, te diré que es una de las sagas más entretenidas y fáciles de leer que han caído en mis manos en los últimos años. Su protagonista, Nick Hayes, es un adolescente –al menos en las primeras novelas– superdotado para las matemáticas que sabe que, en el futuro, descubrirá el secreto de los viajes en el tiempo. Por otro lado, él y sus amigos son impenitentes jugadores de rol y de sus partidas a veces logran extraer enseñanzas útiles a la hora de resolver los extraordinarios problemas a los que se enfrentan.
Las tres novelas contienen ideas impactantes sobre los viajes en el tiempo y enlazan con toda soltura las reglas de los juegos de rol con la realidad de sus personajes, además de tramas absorbentes, narradas con buen ritmo, de las que no dan respiro al lector y le obligan a pensar aquello de «solo un capítulo más» hasta que, cuando se da cuenta, se ha terminado el libro y son las tantas de la madrugada. Y, no menos importante a la hora de completar esta experiencia lectora, aunque sin duda se trata de libros de acción y aventuras, la narración está salpicada de momentos, situaciones y comentarios dotados de un indudable sentido del humor.
Dicho esto, aplicable a los tres títulos de la saga, ya voy a centrarme en Una ilusión disipada, que es el libro del que hemos venido a hablar –o a leer, en tu caso–, pero te adelanto que, en ocasiones, tendré que referirme a los dos libros anteriores. Aunque procuraré no dar información demasiado reveladora sobre lo que pasa en ninguno de ellos, es posible que no pueda evitarlo.
Para empezar, Una ilusión disipada es un libro ligeramente distinto a las dos entregas anteriores, muy similares entre sí en cuanto a trama y planteamiento. Tanto en Una palabra mortal como en Un deseo limitado, Nick es aún muy joven –en edad de ir al instituto, aunque en la segunda entrega haya conseguido un puesto en la universidad de Cambridge gracias a su mente privilegiada para el análisis matemático. Estas dos novelas, además de un tono más ligero y juvenil, achacable únicamente a la edad de su protagonista, comparten también otra característica: las dos tramas se centran en las aventuras de Nick y sus amigos, en la primera para conseguir cierto elemento electrónico, en la segunda para evitar un colapso universal provocado por una arruga en el tejido del espacio-tiempo y la confluencia de varias líneas temporales incompatibles. En ambas, la narración sigue una estructura más o menos lineal –todo lo lineal que puede ser una novela sobre viajes en el tiempo–, de manera que el lector tiene la misma información que el protagonista.



Por el contrario, Una ilusión disipada parte de un premisa totalmente distinta. Aparte de encontrarnos con un Nick ligeramente más adulto, lo que hace que los problemas de su día a día también lo sean, el centro de la trama no es una amenaza inminente de muerte o destrucción –aunque con algunas amenazas de este tipo sí tendrá que enfrentarse ocasionalmente o ¿dónde estaría la gracia?–, sino el inquietante descubrimiento de que todo lo que creía saber hasta ahora sobre su futuro y en lo que ha basado todos y cada uno de sus actos podría no ser más que una mentira. De hecho, tiene que serlo. Aun así, las espadas de Damocles del cáncer de Nick y el fatal accidente de su compañera, Mia, siguen pendiendo sobre sus cabezas.
Por otro lado, Lawrence ha decidido, acertadamente, no relatarnos la historia de forma lineal, como en las entregas anteriores, sino que en esta ocasión Nick habla con el lector desde varios momentos temporales diferentes: 1992, seis años después de los acontecimientos narrados en Un deseo limitado, y 2011, el año en el que, previsible o supuestamente, Mia tendrá su fatal accidente. Bueno, y desde algún otro momento que no revelaré, porque sería estropear un poco el final.
Hablando del final, si has leído las dos entregas anteriores, seguramente será lo que más te intrigue. ¿Conseguirá Nick no salirse de su línea temporal en ningún momento, curándose así definitivamente de su cáncer, y salvar a Mia –o, al menos, sus recuerdos– de su grave accidente? No olvides que conseguir todas estas cosas implica también consecuencias fatales para el propio Nick. No te voy a contar nada, pero sí creo que el final de la saga está a la altura de lo que se espera de ella, incluso unos cuantos peldaños por encima, pues resulta totalmente sorprendente y le da un giro inesperado a toda la historia. Y, de nuevo, Lawrence consigue conectarlo con la partida de rol que siguen jugando los protagonistas.
Si todavía no te he convencido de que le des un tiento a esta trilogía entretenida, divertida y desafiante en cuanto a paradojas y bucles temporales, no puedo dejar de mencionar una razón más. En el tiempo que llevo pendiente de las novedades editoriales que se publican en castellano, es la primera vez que veo los tres tomos de una trilogía traducida publicados el mismo año. Todo un logro y motivo de aplauso para Red Key Books y para David Tejera, el traductor –aunque, en su caso, estoy segura de que ha hecho un pacto con el diablo o algo–. No solo eso, es que además te quedas sin excusas para no empezarla ya. Todos sabemos lo que duele empezar una saga, que nos conquiste y tener que esperar varios años a que se publique la siguiente entrega –bien porque no está traducida, bien porque el autor aún no la ha terminado–. Pues bien, eso no te va a pasar con Impossible Times. Además son solo tres libros, ninguno de ellos excesivamente largo, que se leen casi del tirón y en los que el entretenimiento y la diversión no decaen en ningún momento.
Por otro lado, si hace unos meses que leíste el primer o el segundo volumen y crees haber olvidado algún detalle importante, tampoco tienes que preocuparte por eso. El propio autor incluye tanto en el segundo como en este tercer tomo una breve introducción para recordarte los hechos principales de las entregas anteriores.
En definitiva, un digno colofón para una trilogía entretenida, divertida y alucinante sobre viajes en el tiempo aderezados con juegos de rol y llena de bucles y paradojas que, a menos que tengas cuidado, te harán explotar la cabeza.
Otras reseñas de interés (solo si has leído ya las dos primeras entregas):
De María Teresa Morín en In the Never Never
Hola Consuelo,
De entrada no conocía nada de esta saga, ni había oído hablar de ella. Estaba leyendo con mucha atención el post y tampoco me estaba llamando mucho la atención, quizás por el ambiente juvenil que parecen desprender los dos primeros tomos, al menos, debido a sus protagonistas.
Pero soy muy aficionado a las sagas y las trilogías, como es el caso, por lo que siguiendo el buen tono general con el que reseñas la obra, y tus recomendaciones, voy a anotarla en mi apartado de «futuribles». Ya de paso, también voy a leer las reseñas de los dos primeros tomos para saber un poco más.
Saludos!!
¡Hola, Antonio!
Me alegro de que la reseña haya captado tu interés sobre esta trilogía. Lo cierto es que yo tampoco soy especialmente fan de la literatura juvenil, pero me lo pasé muy bien leyendo estos libros. Si al final los lees, me encantaría saber si te gustaron también.